No descuides la fuerza de tus huesos con esta vitamina
Que tus niveles de vitamina D no sean bajos, por eso es importante el sol en la piel, y disminuirás el peligro de sufrir alguna fractura en tus huesos.
Hace más de un siglo —en plena revolución industrial y auge minero— en Inglaterra se dieron cuenta que los niños que trabajaban todo el día en las minas empezaron a sufrir deformaciones en sus huesos. Los menores laboraban en las minas porque su tamaño les permitía introducirse en espacios cada vez más reducidos; cuando los médicos notaron su raquitismo empezaron a indagar.
Tras descartar diversos factores —aún no se conocían las vitaminas liposolubles— se dieron cuenta que era “algo” más allá de la dieta.
Descubrieron que la falta de luz solar —en especial el estímulo de la luz ultravioleta— ocasionaba una deficiencia de la vitamina D, la cual es vital para el bienestar del sistema musculo-esquelético, entre otras funciones fundamentales para el organismo.
La vitamina D es una sustancia sintetizada por el organismo a través de un complejo proceso químico que inicia cuando el cuerpo se expone al sol: la luz ultravioleta transforma una prohormona en vitamina D3, la cual es metabolizada primero por el hígado y luego por el riñón para finalmente transformarse en moléculas que el cuerpo usa para diversas funciones.
Los bajos niveles de vitamina D entre los mexicanos no se deben a la escasa exposición solar por la pandemia; desde antes era un problema de salud nacional.
En México 1 de cada 3 adultos (31.8 por ciento mujeres y 28.1 por ciento hombres) tiene carencias de vitamina D, lo que convierte esta situación en un problema de salud pública.
El aporte complementario de vitamina D y calcio reduce en 14% el riesgo de fractura
Prácticamente toda la población de adultos mayores está por debajo de la recomendación de 800 UI (unidades internacionales) al día de vitamina D. ¿Por qué es preocupante? Porque representa mayor riesgo de osteoporosis, fragilidad, caídas, fracturas, dependencia funcional y pérdida de la función muscular.
Pero tampoco es un problema de México. Más de mil millones de personas en el mundo sufren de deficiencia o insuficiencia de vitamina D. Del 30 al 50 por ciento de los niños y adultos a nivel mundial están en riesgo por esta carencia.
Aunque la ciencia conoce la existencia de la vitamina D desde hace un siglo, su importancia apenas se descubrió hace 25 años. “La pandemia la ha dado mucha relevancia a esta vitamina; la gente viene a mi consultorio pidiendo que le recete vitamina D” comenta Jorge Yamamoto, endocrinólogo miembro de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología A.C.
Como no se le ha prestado la debida atención a esta vitamina se desconocen cuáles son los niveles normales de vitamina D, explica el Dr. Manuel Mirassou, médico internista y fundador de la Asociación Mexicana de Metabolismo Óseo y Mineral.
Cuando una persona presenta niveles por debajo de los 30 nanogramos los médicos dicen que falta vitamina D, pero existen personas que tienen tal carencia que presentan menos de 9 nanogramos.
Los niveles inadecuados de vitamina D afectan la absorción del calcio, así como un aumento en la hormona paratiroidea, lo que redunda en disminución de la densidad mineral ósea, alteraciones en la función neuromuscular y, con ello, aumenta el riesgo de fractura.
En EU la cifra de fracturas/año en personas mayores a 50 años fue de 2, 300,000
Si todo mundo tomara el sol entre 10 y 15 minutos al día con un 30 por ciento de nuestra superficie corporal expuesta sería más que suficiente para tener niveles adecuados de vitamina D, pero ahora eso no pasa, ni aquí ni en el resto del mundo, así que esta vitamina se debe adquirir farmacológicamente.
Pero existen varios tipos de vitamina D, pero lo adecuado es consumir la D3 o colecalciferol.
Para saber con certeza la necesidad vitamínica de cada persona deben realizarse los estudios de laboratorio correspondientes para que sean interpretados por un médico.
“El médico indicará si requerimos algún tipo de terapia como prevención, mantenimiento o corrección de los niveles necesarios de vitamina D” explica Alicia Ramírez Huerta, especialista en nutrición de Medix.
Y es que la evaluación de porqué existe un déficit de vitamina D es fundamental, pues para su buen aprovechamiento debe haber un hígado funcional, un riñón funcional. “Hay que centrarnos en cuándo, cómo y qué dosificación para que todo este efecto protector suceda de manera adecuada en todos los pacientes” explica Yamamoto.
Además, los requerimientos son diferentes en cada etapa de la vida.
Una vez que el médico determine si existe un carencia de esta vitamina, el paciente puede tomar la dosis que mejor le acomode. La periodicidad no tiene relevancia porque la vitamina D se deposita en el tejido graso.
“Si la persona es olvidadiza no va a poder tomar una pastilla al día, así que puede optar por la presentación mensual; lo que debe buscarse es el apego al tratamiento” explica Manuel Mirassou, especialista en Medicina Interna.
El secreto del éxito de los medicamentos es que el paciente los consuma y, en el caso de la vitamina D3, lo mismo sirve que se tome diario, semanal o mensual, pues el cuerpo la acumulará y la dosificará. No hay evidencia de efectos adversos.
¿Y si en lugar de tomar la vitamina D3 me asoleo y consumo los alimentos que la contienen como atún, salmón, champiñones, leche fortificada, etc? El Dr. Mirassou responde que solo el 10 por ciento de la vitamina D que necesita el cuerpo se adquiere por medio de la alimentación.
“Y el 90 por ciento restante se obtiene gracias a la acción que se genera en el organismo después de la exposición a la luz ultravioleta del sol”.
Cuando se tiene una disminución en los niveles de vitamina D toma tiempo regresar a un punto saludable de forma natural, así que lo mejor es buscar apoyo farmacológico, finaliza Mirassou.