No más arrepentimiento
Nada perturba más que el arrepentimiento. Quizá te culpas por haber terminado una larga relación amorosa o por tomar una mala decisión profesional.
Nada perturba más nuestros pensamientos ni nos quita el sueño como el arrepentimiento. Quizá te culpas por haber terminado una larga relación amorosa, por tomar una mala decisión profesional o por tener miedo a salir de tu zona de confort.
“Un rasgo recurrente en los patrones de arrepentimiento es que, con la edad, la gente suele pensar en aquello que no hizo, en vez de en lo que sí concretó”, señala Tom Gilovich, profesor de psicología en la Universidad Cornell de Nueva York, quien estudia la diferencia entre el arrepentimiento activo y pasivo. “No hacemos muchas cosas por el temor social”.
El remordimiento suele hacernos sentir bastante mal, pero tal sensación negativa no resulta perjudicial en todos los casos. Las investigaciones muestran que, en un principio, gracias a esta podemos aprender de los errores que cometemos.
“Quienes expresan arrepentimiento por una resolución, a menudo eligen mejor la próxima vez”, afirma Aidan Feeney, catedrático de psicología en la Universidad de la Reina en Belfast, quien se dedica a estudiar los efectos de este sentimiento y el remordimiento en la toma de decisiones.
Si analizas la situación podrás aprender sobre ti mismo, cambiar en el futuro y, con algo de suerte, obtener mejores resultados para la próxima.
¿Y si el arrepentimiento domina tus pensamientos y no logras (o no puedes) tomar medidas para resolverlo en un plazo razonable? Desafortunadamente, estas ideas recurrentes pueden tener un impacto negativo en tu vida.
“Este puede ser un sentimiento devastador”, asevera Feeney. “Si te pasas lamentándote por las posibilidades que tuviste y se fueron, es muy probable que resultes perjudicado”.
Imagina, por ejemplo, a una mujer jubilada a la que le hubiera gustado tener hijos en vez de solo haberse dedicado a su carrera profesional. Este tipo de situaciones no se pueden cambiar y el arrepentimiento puede resultar insoportable. Los adultos mayores que permiten que los domine este pesar corren el riesgo de desarrollar padecimientos físicos y mentales.
“Hemos demostrado que el arrepentimiento es un factor importante en lo que respecta al desarrollo de la depresión, e influye más en los ancianos que en los jóvenes”, asegura Carsten Wrosch, profesor de psicología en la Universidad Concordia de Montreal, quien estudia el impacto de este sentimiento en la vida adulta.
“Es más probable que se presenten enfermedades cardiacas, no inmediatamente, sino 5, 10 o 20 años después”.
Existen varias estrategias que pueden ayudar a las personas a liberarse de su poderoso yugo.
“Una de las principales funciones del arrepentimiento es corregir nuestros errores”, sostiene Marcel Zeelenberg, profesor de psicología social en la Universidad de Tilburg, en los Países Bajos, cuya investigación se centra en el impacto de dicho sentimiento en la toma de decisiones. “Otra es asegurarse de que recordemos nuestros errores y aprendamos de ellos. Por eso es importante que sea doloroso: de lo contrario, no nos motivaría”.
A la edad de 13 años, Paola Tosca era una típica adolescente; estaba más interesada en socializar con sus amigos que con sus padres. Cuando su papá murió de manera repentina a causa de un infarto, Tosca se arrepintió de inmediato por cómo había decidido administrar su tiempo.
“No haberme dado el espacio suficiente para conocer a mi padre, Stefano, es mi mayor y más profundo arrepentimiento”, dice Tosca, quien ahora tiene 62 años y vive en Grasse, Francia. “Me di cuenta de que no le dediqué el tiempo que debía”.
Al tratarse de antiguas decisiones, es común que la gente crea, erróneamente, que hizo una elección equivocada, lo que puede empeorar la sensación de pesar.
“A menudo no admitimos que tomamos la mejor decisión”, comenta Wändi Bruine de Bruin, profesora de teoría conductual de la elección en la Escuela de Negocios de la Universidad de Leeds, quien estudia los efectos del arrepentimiento en la salud mental. “Quizá ahora tienes nueva información. Si se quiere usar el arrepentimiento de manera productiva, hay que preguntarse: ‘Tomando en cuenta lo que sabía en ese momento, ¿habría hecho algo distinto? ¿Qué?’”.
Para lidiar con la pérdida de su padre durante estos años, Tosca, directora general de una empresa de computadoras con sede en Grasse y escritora, se ha dedicado a trabajar arduamente y vivir al máximo, pues piensa que esto lo habría hecho sentirse orgulloso.
“Basé mi vida en su ausencia”, dice ella. “Mi deseo de vivir intensamente, de tener éxito, nació al morir mi padre”.
En su juventud, Olivia Wolferstan, quien vive en Londres, le dijo algo a su abuela de lo cual desearía haberse retractado.
“Cierto año, ella horneó varios pasteles de café y le dije que mi familia y yo estábamos hartos de ese sabor, así que tal vez podría preparar de otro”, recuerda Olivia, de 28 años. “Fue obvio que le afectaron mis palabras. Jamás volvió a hacer un pastel de café”.
Conforme pasan los años, quizá tengas menos posibilidades de cambiar aquello de lo que te arrepientes. Aceptar esta situación podría ayudarte a enfrentarlo.
“La gente debe aceptar lo que hizo o no hizo, pues tal vez ya no haya oportunidad de revertir las cosas”, dice Wrosch. “Hemos demostrado, en lo que toca al remordimiento, que si alguien es capaz de liberarse del deseo de enmendarlo no sufrirá las consecuencias. Mejor busca otras actividades significativas. Eso puede ser un buen mecanismo de anulación”.
Para cuando llegues a los 60 años tendrás más cosas de las cuales arrepentirte que las que tenías a los 20, pero no todas pesan lo mismo.
“Lo que realmente afecta a la gente es aquello que no está resuelto; lo que jamás pudieron arreglar”, afirma Bruine de Bruin. “Si sientes que tuviste que haber ido a la universidad o que deberías regresar, puedes tomar cartas en el asunto cuando aún eres relativamente joven. Con el tiempo, esto se vuelve cada vez más difícil”.
Por suerte, muchos adultos mayores pueden controlar sus emociones. “Poseen la sabiduría que aporta la experiencia de vida”, afirma Pär Bjälkebring, catedrático de psicología en la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, quien estudia cómo afecta el arrepentimiento en la toma de decisiones al envejecer.
“Cuando las personas mayores se enfrentan a una situación por la que una persona más joven podría arrepentirse, son capaces de lidiar mejor con ella”.
Para su investigación, Bjälkebring les pidió a adultos jóvenes y mayores que registraran sus arrepentimientos durante una semana.
“Los participantes de mayor edad tuvieron otra forma de ver las cosas, intentaban aceptar lo que estaba pasando”, refiere Bjälkebring. “A lo largo de una semana, los adultos mayores tuvieron menos remordimientos y usaron distintas estrategias para afrontarlos. Fueron más funcionales”.
Otras investigaciones muestran que los mayores se sienten menos abrumados por este sentimiento.
“Cuando eres más joven puedes quedar atrapado; además, los detalles concretos pueden resultar vergonzosos”, comenta Gilovich. “Al envejecer, lo analizas desde una perspectiva más amplia: ‘En general he tenido una buena vida, aunque admito que he cometido algunos errores’”.
Las investigaciones indican que la razón más común para arrepentirse son las oportunidades no aprovechadas. La gente suele fantasear con los beneficios que cree haber dejado pasar, pero ignora las desventajas que podrían haber implicado.
“Las oportunidades perdidas son mundos mejores que no fueron”, indica Zeelenberg. “Si hubiéramos tomado una decisión distinta o actuado de otra manera, creemos, el resultado habría sido mejor”.
¿No recibiste ese ascenso laboral? Es probable que pienses en el dinero que dejaste de ganar, sin tomar en cuenta el estrés adicional que habría representado el puesto.
Por más de 30 años, Maiju Kauppila, de Helsinki, ha sido empleada del gobierno, aunque su verdadera pasión son las redes sociales y la mercadotecnia. En los últimos 12 años, ha canalizado su entusiasmo por las manualidades y los blogs de estilo de vida en una exitosa presencia en Internet.
“El blog y mis redes sociales se han convertido casi en un segundo trabajo para mí”, comenta Kauppila, de 54 años. “Sin embargo, no me he atrevido a abandonar mi carrera profesional, a pesar de que sé bien que podría tener otra”.
En vez de imaginar una realidad alterna, enfócate en las cosas buenas que tienes en tu vida.
“Evita hacer comparaciones”, recomienda Bruine de Bruin. “No te preguntes una y otra vez si serías más feliz de haberte casado con otra persona, de tener otra casa o un trabajo distinto. Hacerlo socava tu felicidad. Si haces comparaciones, concéntrate en lo que te hace ser una persona afortunada, no en lo que consideras que es producto de tu mala suerte. Trata de alegrarte, no de arrepentirte”.
La investigación de Gilovich ha descubierto que puedes reducir el efecto del arrepentimiento si encuentras algo positivo que haya sucedido a partir de la situación por la que te lamentas.
“Racionalízalo, identifica los aspectos positivos”, sugiere Gilovich.
“No debí haberme casado con esta persona. Fue un error, pero al menos tengo unos hijos fantásticos, que no habría tenido de otra manera”.
Joann Perahia, una mujer de 62 años que vive en Nueva York, lamenta no haber ahorrado más cuando era joven, pero ver el lado positivo hace que su situación sea tolerable.
“Ahora es imposible recuperar el dinero que no gané”, dice. “Pero logré criar a mis hijos sin tener que trabajar, y ellos son estupendos. Si hubiera salido a buscar un empleo para ganarme un salario, no creo que hubieran sido tan maravillosos”.
Más que por las cosas que hicieron, la gente suele arrepentirse por lo que no hizo. Por esta razón los investigadores creen que podrías tener menos sentimientos de culpa al actuar más y evitar menos las cosas.
“Si estás tratando de decidir entre hacer o no una cosa y la única razón por la que te encuentras en dicha disyuntiva es: ‘¿Qué va a decir la gente?’, debes, sin duda, pasar a la acción”, afirma Gilovich.
Rudolf Thode, de 62 años, residente de Offenbüttel, Alemania, soñaba con volar desde que era niño. No obstante, en vez de estudiar para ser piloto se dedicó a la agricultura; se volvió un hombre muy ocupado y tenía una esposa que no apoyaba su fantasía. Aun así, siempre se dirigía a un aeródromo cercano en Rendsburg en sus ratos libres.
Hace aproximadamente 13 años, un instructor se acercó a Thode, quien estaba en la orilla de la pista de aterrizaje. El granjero finalmente decidió tomar lecciones de vuelo.
“Fue una sensación increíble ver mis tierras de cultivo desde los aires”, dice Thode. “Habría sido mucho mejor si hubiera cumplido mi sueño cuando tenía unos 20 años. Sin embargo, lo más importante de todo esto es el hecho de que mi sueño por fin se hizo realidad”.
La solución al arrepentimiento por no haber hecho algo está a tu alcance.
“Puedes prevenir la culpa”, asevera Gilovich. “No es raro que las personas jubiladas digan: ‘¿Sabes qué? Siempre quise aprender otro idioma o tocar un instrumento musical, pero a mi edad ya no puedo hacerlo’. Es cierto, quizá no serás un violonchelista famoso, pero sentirás una gran satisfacción al tomar las riendas del asunto y trabajar por cumplir tu deseo de hacer algo. Así que pon manos a la obra”.