Cuando duermes tu cuerpo entra en un estado de relajación absoluta, tu ritmo cardiaco es pausado, tu respiración es tranquila, y tu mente se halla concentrada en lo que está ocurriendo en tus sueños, si brincas de la cama apenas suena el despertador y comienzas a correr, no te sorprendas de que a media mañana te sientas fatigado y harto del día.
Además, como todos los inicios, la mañana es un momento clave que condiciona el resto de tu día. La expresión “levantarse con el pie derecho o izquierdo” es muy cierta y seguro que has podido experimentarla. Entonces, ¿no sería estupendo mejorar este momento diario y aprovecharlo para aumentar tu bienestar y tu productividad? Así que tómate unos minutos para despertar adecuadamente y no levantarte de la cama a toda velocidad para que tanto tu mente como tu cuerpo se sincronicen y puedas tener un mejor día.
Con información de: CLARA
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