¿Lo Sabías?

No toques, exprimas o arranques en estas partes de tu cuerpo

En serio, no dejes que tus manos se acerquen a estas partes de tu cuerpo.

¡No arranques las canas!

Es un mito que, si te arrancas un cabello gris, de dos a diez más aparecerán en su lugar. Pero lo cierto es que, cuando un filamento se vuelve gris, significa que el folículo capilar específico produce menos melanina, el pigmento que da color al cabello.

Arrancarlo no provocará una venganza por parte de tu cuerpo, pero sí puede dañar el folículo. Y cuando el cabello vuelva a ponerse gris, porque siempre lo hará, sacarlo una y otra vez puede provocar una infección o cicatrización en el folículo capilar. Córtalo o tíñelo, pero no lo arranques.

¡No te toques los padrastros!

Lo que sobresale es la piel cerca de la uña, no la uña en sí, y es una locura que un trozo tan pequeño de piel pueda doler tanto. Sin embargo, no lo muerdas ni arranques: las bacterias pueden infectar la herida abierta, enrojeciéndola, hinchándola y haciendo que palpite.

Es mejor que cortes la piel sobrante con un cortauñas limpio, apliques una crema antibiótica en el caso de que duela, y lo cubras con una venda por algunos días hasta que cicatrice.

¡No te rasques las picaduras de mosquito!

Cuando eres el festín de esos horribles chupasangre, estos inyectan su saliva en tu piel: las proteínas en su saliva desencadenan una leve reacción inmune, que es lo que provoca comezón en tu cuerpo.

Es posible que en los primeros rasquidos la piel se sienta bien (se ha demostrado que el rascado activa los centros de placer y recompensa en el cerebro), pero sigue así y el area se irritará e inflamará.

Eso, a su vez, puede volver a activar tu sistema inmunitario, lo que resultará en más comezón. Es mejor que apliques un poco de crema de calamina o de hidrocortisona para calmar la picazón; una bolsa de hielo también puede ayudar.

¡No te exprimas los puntos negros!

Con los puntos negros aplica la misma regla que con las espinillas: aléjate del espejo de aumento y mantén tus dedos curiosos fuera de estas pequeñas manchas en tu cuerpo.

Aunque es muy satisfactorio expulsar la suciedad (más específicamente, el aceite, las bacterias y las células muertas de la piel) del poro tapado, exprimir los puntos negros puede causar irritación, dañar la piel y enrojecerla. Habla con tu dermatólogo para elegir los mejores productos para tratar tus imperfecciones indeseadas.

¡No te arranques las costras!

Lo ideal sería que la costra ni siquiera se forme: las lesiones de la piel deben mantenerse limpias, lubricadas (con vaselina o aceite mineral) y cubiertas con una venda para que no se sequen; las heridas con costras tardan más en sanar.

Dicho esto, si una capa dura y rojiza está cubriendo tu cortadura o raspadura más reciente, deja que haga su trabajo: alejar a los gérmenes mientras las células de la piel se regeneran debajo de ella.

Si arrancas o quitas una costra, puedes arruinar la reparación y volver a rasgar tu piel, lo que significa que tardará mucho más tiempo para sanar e incluso podría dejarte una cicatriz. En una semana o dos, la costra se caerá por sí sola.

¡No te revientes las ampollas!     

Es decir, a menos de que realmente tengas que hacerlo: la piel intacta sobre una ampolla crea un ambiente estéril y disminuye el riesgo de infección.

Si está en un lugar incómodo, como un pie y te cuesta caminar, aquí tienes cómo drenarla correctamente: lávate las manos y la ampolla con agua y jabón; limpia la ampolla con alcohol. Usa una aguja esterilizada para perforar la ampolla en varios puntos a lo largo del borde, permitiendo que drene pero dejando la piel subyacente en su lugar.

Aplica una pomada con antibiótico y cubre con un vendaje.

¡No te levantes el esmalte de uñas!

Una vez que tu ojo capte que se te está empezando a caer el esmalte, necesitarás muchísima voluntad para resistir la tentación de empezar a levantarlo y pelarlo.

Pero en el proceso, también puedes quitar la primera capa de la uña y debilitarla, adelgazarla o agrietarla. La mejor manera: removedor de esmalte de uñas, preferiblemente sin acetona.

¡No te frotes los ojos!

Les das un masaje para que se relajen un poco, pero la piel que los rodea es súper delgada: todos esos tirones rompen los vasos sanguíneos, contribuyendo a las ojeras que intentas encubrir. Además, colocar las manos sucias cerca de los ojos atraerá a los gérmenes y las bacterias, aumentando el riesgo de infección o la posibilidad de resfriart

Tomado de rd.com 8 Body Parts You MUST Resist Picking, Popping, and Plucking

Juan Carlos Ramirez

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