Obesidad: los expertos proponen nuevas métricas clave

La obesidad ha sido tradicionalmente diagnosticada mediante el Índice de Masa Corporal (IMC), un parámetro ampliamente utilizado que, aunque útil, presenta importantes limitaciones. Un informe reciente respaldado por más de 75 organizaciones médicas y publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology propone un enfoque más completo para diagnosticar esta enfermedad, poniendo en el centro una visión personalizada y basada en múltiples factores de salud.

Limitaciones del IMC como único marcador de obesidad

El IMC, desarrollado en el siglo XIX, mide el peso en relación con la altura y clasifica a los individuos en categorías como “peso normal”, “sobrepeso” y “obesidad”. Sin embargo, este sistema no tiene en cuenta aspectos cruciales como:

  • Distribución de la grasa corporal.
  • Diferencias entre masa muscular y grasa.
  • Factores genéticos, hormonales y de edad.

Por ejemplo, una persona con grasa acumulada en la zona abdominal, cerca de órganos vitales, puede enfrentar riesgos de salud mayores que alguien con grasa distribuida de manera uniforme. Al mismo tiempo, individuos con un IMC elevado pueden gozar de buena salud metabólica, mientras que otros con un IMC normal pueden presentar serios problemas médicos relacionados con el exceso de grasa corporal.

Un enfoque holístico: redefiniendo la obesidad

El nuevo informe plantea un cambio fundamental en la forma de diagnosticar la obesidad. Este enfoque incluye:

Medidas complementarias al IMC

  • Circunferencia de la cintura y su relación con la estatura.
  • Densitometría ósea para evaluar la composición corporal.
  • Biomarcadores metabólicos, como niveles de insulina, colesterol y glucosa.
  • Análisis de grasa visceral, que mide la grasa acumulada alrededor de los órganos.

Clasificación en obesidad clínica y preclínica

Este modelo introduce dos nuevas categorías:

  1. Obesidad clínica:
    Se diagnostica cuando existen evidencias de daños orgánicos o funcionales causados por el exceso de grasa corporal. Ejemplos incluyen:
    • Enfermedades cardiovasculares.
    • Hipertensión arterial.
    • Daños articulares como osteoartritis en rodillas y caderas.
    • Insuficiencia respiratoria o hepática.
  2. Obesidad preclínica:
    Aunque no hay signos evidentes de enfermedad, estas personas tienen un riesgo elevado de desarrollar complicaciones relacionadas con la obesidad en el futuro.

La obesidad como enfermedad multifactorial

El informe destaca que la obesidad debe ser entendida como una enfermedad compleja y no como una simple consecuencia de malos hábitos. Según el doctor español José Manuel López-Real, integrante del Instituto de Investigación Biomédica de Girona, las causas de la obesidad son múltiples y profundamente interrelacionadas. Entre ellas se incluyen:

  • Factores genéticos.
  • Condiciones socioeconómicas.
  • Entornos obesogénicos.
  • Trastornos metabólicos.

López-Real enfatiza la necesidad de erradicar el estigma asociado a la obesidad, pues culpabilizar al paciente solo agrava la situación y dificulta el acceso a tratamientos adecuados.

Impacto de la redefinición en la práctica clínica y las políticas de salud

El nuevo enfoque tiene el potencial de transformar tanto los tratamientos médicos como las estrategias de prevención. Algunos de los beneficios incluyen:

  • Diagnósticos más precisos. Al considerar múltiples factores, se evitarán casos de sobretratamiento o infradiagnóstico.
  • Mayor personalización en los tratamientos. Los pacientes podrán recibir intervenciones ajustadas a sus necesidades específicas.
  • Prevención más efectiva. La educación y la concienciación en etapas tempranas serán clave para reducir la incidencia de obesidad en la población.

Además, organizaciones como la OMS han mostrado interés en adoptar estos nuevos criterios, lo que podría influir significativamente en las políticas de salud pública a nivel mundial.

Desafíos en la implementación del nuevo modelo

A pesar de sus ventajas, la adopción de este enfoque enfrenta varios desafíos:

  1. Costos asociados. Las tecnologías avanzadas, como los escáneres corporales, requieren inversiones significativas.
  2. Capacitación médica. Es necesario formar a los profesionales de la salud en el uso de nuevas herramientas diagnósticas.
  3. Estandarización de protocolos. La medición de parámetros como la circunferencia de la cintura debe realizarse de manera uniforme para garantizar resultados confiables.

La obesidad en España: cifras y futuro

En España, la obesidad afecta al 15% de la población, alcanzando el 17% en Cataluña, según datos proporcionados por López-Real. Aunque las cifras son alarmantes, el experto confía en que con una combinación de prevención, educación y políticas públicas efectivas, sea posible “doblar la curva” y reducir la prevalencia de esta enfermedad en los próximos años.

Importancia de la prevención en edades tempranas

López-Real señala que la lucha contra la obesidad debe comenzar en la infancia, promoviendo hábitos saludables y reduciendo el tiempo dedicado a actividades sedentarias, como el uso de dispositivos electrónicos.

Conclusión

La redefinición de la obesidad propuesta por la Comisión Global es un paso crucial para abordar esta enfermedad desde un enfoque integral y personalizado. Al abandonar la dependencia exclusiva del IMC, se abren nuevas oportunidades para mejorar los diagnósticos, tratamientos y políticas de prevención, beneficiando a millones de personas en todo el mundo.