La risa, remedio infalible: Oferta atractiva

Una mujer muy elegante viaja en un costoso auto por un camino rural. De pronto ve a un hombre joven que corre como alma que lleva el diablo, perseguido por tres enormes perros que le pisan los talones. A la dama le preocupa que ese joven sudoroso ensucie las impecables vestiduras de su vehículo, pero decide que es su  deber ayudarlo.

Detiene el auto y le grita al joven:

—¡Anda, sube!

—Es usted muy amable —le dice él jadeando, mientras se acomoda en el asiento trasero—.

La mayoría de los conductores no se ofrecen a llevarme en sus coches cuando ven que tengo tres perros.

 

Le pregunté a la novia de mi hijo si alguna vez había trabajado en un restaurante de comida rápida.

—No —contestó—. Mi mamá no me deja trabajar cerca de aceite caliente porque es muy peligroso.

—¿Y qué has hecho entonces?

—Una vez trabajé como colocadora de trampas para osos.

Enviando por Cheryl Whittle, Australia

Oferta atractiva

El otro día vi un letrero fuera de un restaurante que anunciaba cenas de pollo por 50 centavos de dólar. Entré, pedí una cena… ¡y me sirvie-ron un tazón lleno de maíz!

Enviado por Robert Bicker, Australia

La enfermera le dice al médico:

—Hay un hombre invisible en la sala de espera.

El doctor responde:

—Dígale que en este momento no puedo verlo.

Enviado por Paul Regeness, Estados Unidos

Mi esposa dejó esta nota pegada en el refrigerador: “No está bien. Simplemente, esto no funciona. Me iré a casa de mi madre”.

Cuando abrí la puerta del refrigerador, la luz se encendió y la cerveza estaba helada. ¡No entiendo de qué hablaba mi esposa!

Enviado por Stuart Collinson, Estados Unidos

Solicité empleo como instalador de espejos de baño. El jefe me preguntó por qué me interesaba el trabajo. “Porque es algo que siempre me vi haciendo”, contesté.

Enviado por Dave Nicholson, Australia