Entre niños: “Calvito” es el nuevo apodo que me puso mi hijo
A Álvaro, un sobrino de mi esposa que está por cumplir tres años, no le gusta saludar de mano a las personas. Por esta razón su padrino...
“Calvito” es el nuevo apodo que me puso mi hijo. Yo le voy a enseñar una palabra nueva: “hereditario”.
Dan Savage, periodista
A Álvaro, un sobrino de mi esposa que está por cumplir tres años, no le gusta saludar de mano a las personas. Por esta razón su padrino de bautizo siempre le dice: “A mí sí tienes que saludarme de mano porque soy tu padrino”.
Cierta vez, durante una reunión familiar, un tío de mi esposa llegó a la casa con su familia y su mascota, una perra llamada Tuza, la cual se acercó a Álvaro y, para sorpresa suya, extendió una pata en señal de saludo. Entonces el niño volteó a ver al dueño de Tuza y le preguntó:
—¿Por qué me saluda la perra, si yo no soy su padrino?
Joaquín Zarco, México
Un día estaba yo sentada en el piso de la casa jugando con mi hija de dos años cuando llamaron a la puerta. Al abrir me encontré con una mujer corpulenta que estaba repartiendo revistas de la iglesia.
Mi hija se acercó a mí, rodeó mis piernas con sus brazos y empezó a repetir una y otra vez:
—¡Mami! ¡Mami! ¡Mami!
Su insistencia hizo que yo dejara de hablar con la mujer, quien amablemente comentó:
—¡Ay, qué linda niña! No se preocupe por mí, atiéndala.
Luego de una breve pausa, mi hija exclamó a todo pulmón:
—¡Mami! Esa señora tiene las piernas muy gordas, ¿verdad?
Heidi Clark, Reino Unido
Cuando mi hija estaba en el cuarto mes de su segundo embarazo, fue a ver al ginecólogo acompañada por su esposo y su hijo, entonces de cuatro años, para conocer el sexo del bebé. Todos estaban muy emocionados, en especial mi nieto, pero el médico no pudo determinar si era niña o niño debido a la posición del cordón umbilical en la ecografía. Un poco decepcionado, les pidió que volvieran la semana siguiente para intentarlo otra vez. Antes de marcharse, mi nieto tuvo una idea brillante: preguntó si era posible ver el cabello del bebé en la ecografía.
—Porque si tiene el pelo largo, ¡entonces es una niña! —exclamó lleno de emoción.
Gustavo Restrepo, Colombia
Un verano mi nieto de cinco años y yo estuvimos de visita en casa de mis padres. Cierto día, cuando volvió de una consulta médica, mi papá me comentó que lo habían enviado a ver a un internista.
—¿Y qué es exactamente lo que revisa ese especialista? —le pregunté, un poco alarmada.
Mi nieto, que se encontraba en un rincón del cuarto viendo la televisión, levantó la mirada y, muy seguro de sí mismo, dijo:
—¡Ay, Tita, pues ese doctor se dedica a revisar el Internet!
Elsa Lozola, México