Estas son las once causas principales de emergencia que suelen ocurrir durante el verano, principalmente si se viaje a lugares mucho más cálidos.
Checa cuales son y las recomendaciones ante estas emergencias.
¿Te sorprende que las abejas sean uno de los insectos más peligrosos durante la primavera y el verano? Con frecuencia, una abeja deja su aguijón después de introducirlo en la piel; retíralo cuidadosamente con una tarjeta de crédito. “Si lo extraes con tus pinzas o tus dedos, podrías romper accidentalmente su bolsa de veneno y terminar de inocularlo en tu cuerpo”, explica Gail Curtis, asistente médico. Después lava la zona con agua y jabón y aplica una compresa fría. Una crema con hidrocortisona y calamina puede ayudar a reducir el dolor y la comezón. También debes permanecer alerta sobre indicios de una reacción alérgica, como urticaria e hinchazón en una zona diferente a la del piquete; si las detectas, consulta a tu médico para preguntarle qué procede. Pero si tus labios y/o garganta se inflaman, te sientes mareado o tienes dificultades para tragar o respirar, acude de inmediato a Emergencias: son señales de anafilaxia, una reacción alérgica que puede ser mortal.
Puedes tratar los piquetes de mosquitos de forma semejante a los piquetes de abejas, aunque no necesitas preocuparte por el aguijón y las reacciones alérgicas son poco frecuentes. Aplica remedios caseros (como miel, polvo para hornear o compresas frías) y no te rasques.
Las garrapatas son muy escurridizas y contagian padecimientos desagradables, como la enfermedad de Lyme. “La mayoría de las personas que se contagian de Lyme no recuerdan haber sido picadas por una garrapata”, dice Curtis. Algunas garrapatas dejan una irritación, pero muchas otras no. Toma tres pasos para combatirlos: primero, si pasarás tiempo en un área boscosa o con pasto crecido, trata de prevenir las mordidas con repelente de insectos y usando pantalones largos que se sujeten a la altura de los tobillos. Segundo, revisa cuidadosamente tu piel y la de tus hijos para detectarlas; si las encuentras, retíralas con cuidado (si han empezado a penetrar la piel, usa pinzas para cejas para sujetar su cabeza y quitarlas sin girarlas). Tercero, permanece alerta si vives o visitas un área donde abunden. Si te enfermas del estómago o sientes fiebre, pregunta a tu médico si te conviene tomar un antibiótico para prevenir cualquier enfermedad.
Esta mordedura puede terminar con la diversión de un día en la playa. Para sentir alivio, lo primero es retirar los tentáculos: enjuaga con agua de mar y retíralos con una tarjeta de crédito. No frotes el área con una toalla, porque podrías introducir los aguijones en la piel. Para algunos tipos de medusa, te ayudará enjuagar la zona con vinagre. ¿Y esa historia acerca de orinar la picadura para aliviar la sensación? Es un mito: no lo hagas. Sin embargo, una vez que se hayan retirado los aguijones, sumergir el área en agua tibia puede aliviar el dolor, al igual que aplicar algunos medicamentos orales o tópicos, como crema con lidocaína.
Ya conoces la importancia de la protección solar… pero si te descuidas y te quemas, la sensación puede ser dolorosa e incómoda. Las compresas frías o un baño pueden ayudarte, al igual que los medicamentos y lociones para reducir el dolor (pregunta a tu médico cuáles son recomendables para niños y cómo aplicarlas). Bebe mucha agua para rehidratar tu piel y asegúrate de permanecer lejos del sol hasta que tu piel sane.
Esta condición puede desarrollarse en clima cálido y húmedo, con frecuencia en las áreas del cuerpo que están cubiertas con ropa. Los ductos del sudor se bloquean e irritan, provocando la aparición de bultos pequeños y rojos. Además de mantenerte fresco para prevenir la erupción cutánea, no hay mucho que puedas hacer para tratarlo. Procura permanecer en un área fresca, beber mucha agua y ser paciente. Si la irritación te provoca más dolor que comezón, comunícate con tu médico: podría haberse infectado.
La deshidratación puede provocar golpe de calor: el cuerpo pierde su capacidad para refrescarse después de una exposición prolongada a altas temperaturas. De no tratarse, esta hipertermia puede provocar falla de órganos e incluso la muerte. Los síntomas del golpe de calor incluyen debilidad, dolores de cabeza, mareos e incluso desmayos. Comienza por trasladar a la víctima a un área fresca y con sombra y, si puede beber, ofrécele agua. Enfría la parte exterior de su cuerpo con agua fría, telas húmedas y hielo. Si no responde en poco tiempo, pide ayuda médica. “En el verano realmente necesitas hidratarte”, explica Curtis. “Justo como necesitas aplicarte protector solar antes de salir al sol, debes beber agua antes de salir o hacer ejercicio en clima caluroso”.
Si las orejas de tu hijo se enrojecen o si siente comezón en el área después de nadar, podría tener oído de nadador. Lo causan las bacterias y/u hongos que se introducen en la oreja mientras está bajo el agua. Si descubres que es propenso a sufrirlo, necesita nadar con tapones para oídos. También puedes preparar una mezcla con partes iguales de alcohol y vinagre blanco; coloca dos gotas en sus orejas antes y después de que nade. Si estas medidas preventivas fallan, haz la prueba con gotas para oídos que compres en la farmacia y prohíbele nadar y usar sus audífonos hasta que sane. Si todos estos remedios no lo alivian en uno o dos días, consulta a tu médico.
Quizá te guste ir de campamento, estar en tu jardín o simplemente andar descalzo: en todos estos casos, las astillas son un riesgo. Si alcanzas a ver la astilla y puedes sujetarla con unas pinzas para cejas, retírala; solo desinfecta el área antes y después de hacerlo, al igual que las pinzas. Sin embargo, no introduzcas agujas para exponer la astilla; si es pequeña, saldrá por sí misma. Si la astilla es muy grande o empiezan a presentarse señales de infección (como enrojecimiento, hinchazón o se siente caliente al tacto), acude al médico.
Es tan tentador reventar una ampolla… pero no lo hagas: la piel que la cubre es una protección contra los gérmenes y la suciedad y romperla aumentará el riesgo de infección. Es mejor cubrir la ampolla con una bandita adhesiva. Si la ampolla es tan dolorosa que no puedes caminar o usar tu mano, consulta a tu médico. En algunos casos las ampollas pueden drenarse: limpia el área y usa una aguja esterilizada con alcohol en gel para picar algunos agujeros cerca de las orillas y permitir que el líquido fluya. Después cubre el área con vaselina y gasa.
Casi cualquier alimento puede contaminarse con bacterias, y esto ocurre con más frecuencia durante la temporada de calor. Evita los alimentos que pueden enfermarte con más facilidad (aquellos que deban permanecer en refrigeración, mayonesa, frutillas que no sepas si están bien desinfectadas y cualquier tipo de carne, en especial las molidas). Si te enfermas, bebe mucha agua para permanecer hidratado, descansa y sé paciente. Al igual que con los demás padecimientos de verano, usa tu sentido común: si tus síntomas empeoran o no mejoras en un par de días, consulta a tu médico.
Esperamos hayas anotado todas y cada una de estas causas de emergencias en época de verano. Recuerda que llevar botiquín al paseo, siempre será lo ideal para prevenir cualquier situación que ponga en riesgo nuestra salud.
FUENTE: Reader’s Digest
Descubre por qué no debes quedarte sentado más de lo necesario.
La salud neurológica es una preocupación creciente en todo el mundo, con un notable aumento…
El sueño es un proceso biológico fundamental para la salud física y mental. Cuando este…
Aunque puede ser difícil de describir, este síntoma suele ser la señal de que algo…
Un microbioma intestinal saludable podría ayudar a las personas con EII, pero ¿deberían los probióticos…
Aprende consejos prácticos y encuentra 15 ideas fáciles para mantenerte en el camino hacia una…
Esta web usa cookies.