Por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos las atletas femeninas que participan en esta justa deportiva están casi a la par de los hombres, ellas representan el 48.8 por ciento del total de deportistas presentes en Tokio.
De acuerdo con el Comité Olímpico Internacional (COI) la participación femenil ha aumentado significativamente del 34 por ciento registrado en los Juegos de Atlanta de 1996 al de este año.
La primera ocasión en que las atletas tuvieron la oportunidad de participar fue en los Olímpicos de París en 1900. Se contó con 22 mujeres, y solo se les permitió clasificar en cinco deportes: tenis, vela, croquet, ecuestre y golf.
¿Cuántas mujeres han sido las encargadas de prender el fuego olímpico? Este año la tenista Naomi Osaka fue la encargada de encender el pebetero.
En 1968 Enriqueta Basilio, velocista mexicana, se convirtió en la primera mujer en encender la llama olímpica para los Juegos Olímpicos XIX.
En el 2000 la atleta Cathy Freeman fue la encargada de hacerlo, y en las olimpiadas de Londres 2012 correspondió el honor a un grupo de siete jóvenes, entre los que se incluía a tres mujeres: Adelle Tracey, corredora de 800 metros, Desiree Henry, corredora de 200 metros y a Katie Kirk, ganadora de sprint a nivel europeo.
Actualmente vivimos tiempos de cambios de conciencia, tratamos de darle peso a las cosas importantes y que por mucho tiempo estuvieron en las sombras.
Estos Juegos Olímpicos lo ilustran perfectamente, las mujeres luchan por ese terreno que se les ha quitado desde siempre por el solo hecho de ser mujeres, y al mismo tiempo se hacen respetar rompiendo anticuadas reglas y exigiendo ser reconocidas por sus capacidades, no por la cosificación o sexualización de su persona.
Las mujeres están visibilizando cuestiones muy importantes y los medios, tal vez por que no queda de otra, están dando importancia a lo que dicen y hacen.
Es una excelente oportunidad para hacer eco de esto y no dejar que se salga de foco, es de trascendencia histórica el hecho de que estas mujeres pongan al centro la vulnerabilidad y otras temáticas que los grandes ídolos del deporte no han logrado hacer.
Empezamos con el equipo femenino de balonmano playero de Noruega que recibió una multa de 150 euros por cada jugadora, debido a que decidieron utilizar un pantalón corto en lugar de un bikini, como lo marca el reglamento.
La sanción vino de parte de la Comisión Disciplinaria de la Eurocopa de Balonmano Playa 2021 porque las atletas portaban una ‘vestimenta inadecuada’, infringiendo el reglamento.
El código de vestimenta dice que para los hombres “el uniforme consiste en una camiseta sin mangas, shorts y eventuales complementos, mientras que para las jugadoras el uniforme consta de blusas, bikinis y eventuales accesorios”.
Martine Welfler, una de las jugadoras, compartió a través de sus redes sociales un mensaje para transmitir el orgullo que significó para las mujeres haber salido vestidas así:
“No ganamos una medalla este año, pero pudimos pasar el verano haciendo lo que amamos. Y arrojar luz sobre un tema muy importante. Decidimos jugar la final de bronce en shorts en lugar de en bikini y la Federación Noruega de balonmano se llevó la multa que vino con esta. Esta es una batalla importante, ¡y estoy muy orgullosa de ser parte de esto!”.
Según el New York Times las atletas llevaban tiempo planeando aparecer así en el partido celebrado el 18 de julio de 2021 en el Campeonato Europeo de Balonmano Playero en Bulgaria, para romper con los estereotipos de género.
Kare Geir, director de la Federación Noruega de Balonmano, apoyó a las deportistas
“Por supuesto pagaremos la posible multa. Debe ser una elección libre de los jugadores de balonmano usar lo que quieran dentro de ciertos límites. Lo más importante es usar ropa con la que los atletas se sientan cómodos”.
Las redes sociales estallaron por la desigualdad que esto representa, porque a los hombres sí se les permite salir en short.
Abid Raja, ministro de Cultura, Deportes e Igualdad de Género de Noruega, quien declaró al diario Dagbladet que le preocupaba “que el deporte sea igualitario y accesible para todos; entonces, la mitad de los atletas no pueden estar sujetos a requisitos de atuendos que contribuyan más a centrarse en el género y el cuerpo que en el deporte”. Raja tuiteó en otra ocasión: “Es completamente ridículo, se necesita un cambio de actitud en el machista y conservador mundo del deporte internacional“.
El equipo alemán llevó a los Juegos Olímpicos de Tokio su lucha en contra de la sexualización en la gimnasia al dejar de lado los leotardos y presentarse con unitardos, trajes de cuerpo entero que llegan hasta los tobillos.
“Puede haber diferentes opiniones al respecto. Y eso también está perfectamente bien. Pero lo que ya no debería existir son las gimnastas que ya no quieren practicar el deporte debido a sus atuendos ajustados. Y debería haber incluso menos gimnastas que se sientan sexualizadas. Espero discusiones y opiniones en los comentarios”, escribió Elisabeth Seitz después de utilizar este traje en abril, cuando las integrantes de la selección alemana se presentaron con un traje entero en el Campeonato Europeo de Gimnasia Artística, en Basilea.
“Fue particularmente importante para nosotras dar el ejemplo con nuestra apariencia para alentar a otras mujeres y especialmente a las atletas más jóvenes a usar lo que creen que es más cómodo. Puede ser el maillot corto o el traje largo”, escribió Voss en mayo tras recibir “numerosos comentarios positivos” por los trajes que habían usado en Basilea.
En una entrevista con un medio público alemán realizada en abril, Voss aseguró que cuando era niña no tenía problemas con los maillots, pero “cuando comenzó la pubertad, cuando llegó mi período, comencé a sentirme cada vez más incómoda”.
Las deportistas han tenido todo el apoyo de la Asociación Alemana de Gimnasia (DTB), que se ha mostrado en contra de la sexualización en la gimnasia y ha asegurado que el objetivo de utilizar estos trajes “es presentarse de forma estética, sin que ellas se sientan incómodas”.
Ya en las Olimpiadas de Tokio 2020, las alemanas han vuelto a usar estos trajes como símbolo de rechazo a la sexualización en la gimnasia. “Queríamos demostrar que cada mujer, cada una, debe decidir qué ropa llevar”, ha afirmado la tres veces olímpica Elisabeth Seitz.
“Los entrenadores también estaban muy concienciados. Dijeron que querían que nos sintiéramos lo más seguras y cómodas en cualquier caso”, mencionó Voss.
La acción ha sido aplaudida por los usuarios en redes sociales, que defienden que los mismos ejercicios se pueden hacer con otro tipo de trajes.
Por su parte, la Comunicación Olímpica no transmitirá detalles y planos cortos de las partes del cuerpo de las deportistas.
“En nuestra cobertura no verá algunas cosas que hemos visto en el pasado, con detalles y planos cortos de partes del cuerpo”, mencionó Yiannis Exarchos, director ejecutivo de los Servicios de Radiodifusión Olímpica (OBS, por sus siglas en inglés).
“Lo que podemos hacer es asegurarnos de que nuestra cobertura no destaque de ninguna forma especial lo que la gente lleva puesto”, añadió el director.
Es absurdo que en el siglo XXI si hombres y mujeres practican el mismo deporte ellas tengan que usar bikini y ellos con un pantalón.
Las atletas saben que los focos están puestos en ellas y aprovecharán para reclamar lo que consideran justo e igualitario: una vestimenta apropiada. Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 son la ocasión que necesitaba el deporte para poner fin a esta sexualización.
Imagen principal tomada de Telemundo52
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