Opciones que existen para despedir dignamente a tu mascota
Quien ha sufrido la perdida de una mascota sabe el dolor que se experimenta, pues los perros y los gatos son parte fundamental de la familia.
El estudio “Mascotas ¿compañero de vida, acción responsable o capricho?” realizado por la Universidad del Valle de México en 2015, arrojó que 36 por ciento enterró a su mascota en su jardín, presumiblemente para mantener un cierto nivel de cercanía. Un 24 por ciento la mandó cremar y 20 por ciento la inhumó en un sitio especial para ello.
La forma más generalizada es la sepultura en jardines y patios, pero es una práctica no recomendada por diversas situaciones. Una de ellas es el tema de salud pública, pues por lo general la profundidad a la que se hacen esos entierros no es la correcta. Si tomamos como ejemplo el entierro de un ser humano, éste tiene ciertas especificaciones para que sea seguro.
Por otra parte, quien incurra en esa falta se enfrenta a las leyes e iniciativas destinadas a la protección animal como Ley de Protección Animal y Bienestar Animal, Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, Federal de Sanidad Animal y la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial.
Aunque estas legislaciones se enfocan en daño, maltrato, abandono y otras formas de tortura hacia los animales de compañía mientras se encuentran con vida, contemplan sanciones sobre entierros inadecuados.
Los jardines o áreas comunes son espacios públicos, de libre tránsito. Quien entierre ahí a su mascota podría hacerse acreedor a sanciones medioambientales porque las áreas comunes no son para ese fin, y porque podría iniciarse un problema sanitario debido a la descomposición del cadáver, explica Adrián Rodríguez-Granada Madrid, general manager de Pets in the Sky, agencia funeraria para mascotas.
Un espacio en casa tampoco es viable, pues se afrontaría la misma situación. “Si el cuerpo queda medio expuesto, las partículas quedan suspendidas en el aire, como cualquier otra materia orgánica tirada en el medio ambiente, y las inhalamos” agrega.
Pero más allá de las sanciones, está la dignidad con la que debería ser despedido un ser vivo que brindó tanto al humano. En México se ha transformado radicalmente el concepto sobre las mascotas. Actualmente la mayoría de la gente las considera parte de la familia, cuenta Rodríguez-Granada Madrid.
Sin embargo, aún existen algunas personas que tal vez por desinformación no despiden con respeto a su compañero de vida. Un punto importantísimo que normalmente se deja de lado sobre la tenencia responsable es, precisamente, la disposición del cuerpo del animalito.
Normalmente cuando se piensa en tenencia responsable vienen a la mente esterilización, vacunas, placa de identificación, ejercicio y actividades recreativas, pero poca gente toma en cuenta que la tenencia responsable también incluye una despedida digna y un manejo adecuado del cuerpo.
La muerte de los animales de compañía es inevitable, así que lo mejor sería tener en mente las opciones legales y dignas disponibles.
Aunque aún permean prácticas de abandono del cuerpo de la mascota, poco a poco la gente conoce los beneficios de empresas profesionales en servicios funerarios para mascotas.
Existen diversas opciones en el mercado. Sin embargo, la más adecuada es la cremación de los restos de la mascota.
Existen empresas que prevén con los clientes la recolección del cuerpo; se pactan detalles como la fecha, que depende de la disponibilidad de las salas y las cámaras crematorias.
En caso de que el servicio se realice uno o varios días después de la recolección, cuentan con un sistema de resguardo en cámaras frías con la intención de mantenerlo en el mejor estado posible hasta la cremación.
En algunas ocasiones puede ser que el cliente solicite que el proceso se retrase para que la familia se encuentre completa para asistir al siguiente paso, que es la despedida “física”.
Existen salas llamadas del último adiós. Allí los deudos, de manera íntima y privada, pueden despedirse de su animalito durante unos 20 minutos aproximadamente.
En las salas de último adiós se admiten niños y otras mascotas. “Es fundamental que toda la familia, incluso otros animales de compañía, tengan un duelo y despedida correctos”.
Por ello, en esos espacios se permite el ingreso o acompañamiento de alguna figura religiosa de acuerdo con sus creencias. También es posible la realización de un recital.
“Son algunas de las muchas formas en la que pueden despedirse a las mascotas; las empresas deben estar abiertas a los distintos estilos de vida” comenta Adrián Rodríguez-Granada.
Tras la despedida, desde la misma sala, la familia constata (una de las garantías más importantes) que es su mascota la que entra a una cámara crematoria.
Una vez que el proceso inicia, la familia pasa a una sala de espera (igual privada) en la que espera para corroborar que son los restos de su mascota los que se depositan ahora en forma de cenizas en una urna.
Regresa a casa en una forma “distinta”, pero con la misma esencia que tenía en vida. Ambos procesos de observación son opcionales y junto con la urna se entrega un certificado de cremación personalizado.
Si se trata de una cremación comunitaria, es decir, que los restos sean colocados junto con otros, se entrega el certificado que avala la disposición correcta del cuerpo.
Hay que tomar en cuenta que el costo de la incineración de mascotas depende principalmente del tamaño del animalito, así como de la modalidad que se ofrezca: de manera individual o comunitaria.
También se recomienda checar estos importantes puntos:
La muerte de una mascota representa un dolor muy grande, así que no está por demás tener en mente cómo afrontarla y evitar problemas de último minuto. Ahora conoce cómo lidiar con la muerte de tu mascota.