Los osos polares, ya de por sí amenazados por el cambio climático, se enfrentan ahora a una nueva amenaza: la gripe aviar. Se estima que solo quedan 26.000 ejemplares en todo el mundo. En diciembre de 2023, se confirmó la primera muerte de un oso polar por gripe aviar en Alaska. El animal estaba cerca de Utqiagvik, una de las comunidades más septentrionales del estado.
Los expertos creen que el oso se infectó al alimentarse de cadáveres de aves infectadas. La gripe aviar es una enfermedad altamente contagiosa que puede causar la muerte en aves y mamíferos.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la salud (OPS), La influenza aviar también conocida como gripe aviar, es una enfermedad infecciosa que principalmente afecta a las aves y que es causada por un virus de la familia Orthomyxoviridae.
Según su subtipo, puede clasificarse como de baja patogenicidad o altamente patógena, presentando diferentes síntomas en las aves infectadas. El virus de la influenza aviar de baja patogenicidad puede causar una enfermedad leve, que puede pasar desapercibida o sin la presencia de síntomas.
El virus de la gripe aviar altamente patógeno, principalmente por los subtipos (H5 y H7) del tipo A, causa una enfermedad grave en las aves que puede propagarse rápidamente, produciendo altas tasas de mortalidad en diferentes especies de aves.
Por el momento, la probabilidad de que la gripe aviar produzca una epidemia en los seres humanos es bajo, aunque ya hubo algunas personas afectadas. El actual linaje circulante del virus de la gripe aviar H5N1 se había detectado por primera vez en aves acuáticas en el sur de China en 1996.
La muerte del oso polar es un indicador de que la gripe aviar se está extendiendo a nuevas regiones del mundo. En octubre de 2023, se detectaron los primeros casos de gripe aviar en la Antártida, en aves págalos pardos antárticos. Desde entonces, se han encontrado muertos cientos de elefantes marinos y otros animales marinos en la región.
El oso polar es una de las últimas víctimas de una epidemia global de gripe aviar que técnicamente se llama “panzoonosis” por la diversidad de especies de animales que afectó. Desde 2021 la gripe aviar ha aumentó a “tasas alarmantes” y tiene alta mortalidad, según advirtió la Organización Panamericana de la Salud.
Los científicos advierten que la gripe aviar podría provocar un desastre ecológico en el Ártico y la Antártida si alcanza las remotas poblaciones de pingüinos. Estas regiones albergan muchas especies únicas que no están adaptadas a las enfermedades. Además, el cambio climático está alterando los ecosistemas polares, lo que los hace más vulnerables a las enfermedades.
La gripe aviar aún no está controlada y podría generar más problemas en 2024 de acuerdo a la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
Ese mismo organismo internacional hizo un fuerte llamado a los países de América Latina y el Caribe para mantener el estado de alerta y colaborar con los sistemas de notificación para afrontar de mejor manera el impacto de la nueva temporada de influenza aviar que por su evolución ha sido considerada como una “situación sin precedentes”.
Con información de Infobae
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