Para entender mejor este padecimiento debemos conocer la estructura auditiva de nuestras mascotas.
El oído externo formado por la pinna o pabellón auricular y el conducto auditivo que en nuestros compañeros, a diferencia del humano, no tiene una forma recta, sino que tiene un ángulo de casi 90 grados lo cual hace que visualizar el tímpano (membrana timpánica) no sea tan fácil, además que hace difícil el manejo médico del mismo.
El oído medio, que va del tímpano a los huesos del oído que son el martillo, el yunque y el estribo y por último…
El oído interno que tiene que ver específicamente con el sistema nervioso de audición y del equilibrio.
Un punto importante en el conducto auditivo externo, es que está formado por un tubo de cartílago lo cual impide que la inflamación se lleve a cabo hacia afuera, por lo que, al inflamarse, se cierra el diámetro del conducto ocasionando dolor y evitando que las secreciones del oído puedan ser expulsadas.
El conducto presenta varios mecanismos de defensa como lo son la presencia de pelo, el cual sirve para atrapar objetos extraños, además se cuenta con la formación de cerumen en el cual se atrapan bacterias; y por último el proceso de maduración y cambio de las células que van del tímpano hacia el exterior del conducto lo que ayuda a desalojar material extraño.
Estos factores favorecen la presentación de la otitis externa y entre ellos se encuentran: condiciones congénito del nacimiento como la estenosis o disminución del diámetro del conducto, el exceso de producción de cerumen que es otra enfermedad congénita o de nacimiento como la dermatitis seborreica, común en el Cocker y el Shar-pei, el exceso de limpieza realizado por el propietario y que al emplear hisopos o cotonetes, macera y lastima la piel de los conductos lo que ocasionará inflamación, por último se tienen enfermedades que predisponen a este problema como la leucemia felina o la presencia de cáncer.
Como su nombre lo indica, por sí solos ellos ocasionan la otitis y en estos tenemos parásitos como garrapatas, ácaros (productores de sarna), cuerpos extraños como semillas y artículos que el propietario o algún familiar puede llegar a introducir a la mascota; enfermedades hormonales como el hipotiroidismo; enfermedades autoinmunes es decir que el propio paciente reacciona contra sus tejidos como en el caso de lupus o penfigo; y enfermedades alérgicas como la atopia o alergia por inhalación y la alergia alimentaria.
Los cuales no ocasionan la enfermedad per se, sin embargo, hacen que esta sea de difícil tratamiento y la hacen crónica, es decir, un problema de largo tiempo. En este punto tenemos bacterias y levaduras.
Generalmente los signos de inicio incluyen -no importando el origen de la otitis- que nuestra mascota sacuda la cabeza, por la inflamación y el dolor.
Posteriormente se enrojece el oído afectado; hay secreción que puede ser desde blanca, verde, café o negra; mal olor, proliferación lesiones en el pabellón que semejan quistes, calcificación del conducto auditivo y cabeza ladeada junto con marcha en círculos, estos dos últimos signos nos indican que la inflamación se encuentra afectando ya al oído interno.
Siempre que un paciente es llevado a revisión general, se deben revisar los conductos auditivos para descartar la presencia de este signo, en caso de que exista inflamación se debe revisar con el otoscopio para descartar lesiones en el tímpano y así poder establecer el tratamiento adecuado.
Además, se tomarán muestras del conducto para ver el tipo de bacterias y si hay levaduras presentes. En ocasiones es necesario incluir en el manejo médico un cambio en el alimento que puede ser hipo alergénico por al menos 12 a 16 semanas.
La respuesta del paciente dependerá de lo afectado del conducto y del compromiso del propietario siguiendo las recomendaciones del Médico Veterinario.
El cuidado de los odios también se aprende en casa y debe solicitarse asesoría por parte del Médico Veterinario de nuestras mascotas para que nos enseñe cómo realizar este cuidado.
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¿Le revisas sus oídos a tu mascota de manera regular? ¿Cuando lo llevas al veterinario, le pides una revisión de esta zona?
Información e imagen: Hospital Veterinario Banfield
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