Pacientes digitales, la relación con los médicos evolucionó
Ahora los pacientes se informan en internet y le rebaten el diagnóstico al médico que, a su vez, debe practicar telemedicina y contestar dudas por WhatsApp.
Ahora los pacientes se informan en internet y le rebaten el diagnóstico al médico que, a su vez, debe practicar telemedicina, contestar dudas por WhatsApp, ‘recetar’ software y ser capaz de elegir la mejor información en un mar de datos, lo que en ocasiones afecta su práctica profesional.
En lo que estás leyendo esta nota cuatro millones de personas (pacientes) están realizando una búsqueda en Google y un millón más está entrando a Facebook. Esos datos nos permiten vislumbrar el interesantísimo diálogo digital que estamos viviendo.
El acceso a la información es fundamental para la toma de decisiones, pero actualmente estamos sobrecargados de información. Y para muestra un botón: En el último año se publicó más información de la que se había creado desde la invención de la escritura… ¡Imagínate!
“De un día para otro se genera una enorme cantidad de datos que podemos leer y que tenemos al alcance de la mano, pero existe una sobrecarga de información. Desde mediados de los 90 a esta situación se le conoce como intoxicación” explica Marisa González, directora científica de Novartis.
La era digital supone estar permanentemente en línea, revisar plataformas, correos, datos, publicaciones. Todo ello impacta en nuestras vidas laborales y familiares.
Pero un exceso de datos ocasiona ‘parálisis por análisis’. “Queremos una gran cantidad de datos para una toma ágil de decisiones ágil, pero el exceso de información dificulta esa tarea. Nos ahogamos en la información, pero nos morimos de hambre por el conocimiento” puntualiza González.
Otro tema relevante es cómo ha evolucionado la actitud de los médicos hacia la tecnología. “Hace tres décadas un médico rechazaba toda tecnología, pero ahora es cada vez más común que la use para mejorar su práctica médica y, por supuesto, la vida de los pacientes” precisa Ignacio Lugones, quien lidera el área de estrategias de Novartis.
¿Cómo capitalizar las tendencias de salud digital? ¿Cómo aterrizar las cosas extraordinarias que están pasando en el mundo? ¿Cómo digiere el médico toda esa información y la lleva a su práctica cotidiana?
Aunque saben que deben conocer lo último en tecnología cuántica, telemedicina, terapia digital o inteligencia artificial, la realidad es que los médicos no están formados en tecnología.
Y no solo está la presión que demanda un mundo global y cada vez más dependiente de la tecnología, también el paciente exige medicina digital, que lo orienten por WhatsApp, que pueda enviar sus radiografías por email. Y contrario a lo que podrías imaginarte no solo se trata de los millennials, también los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964) esperan servicio médico digital.
Las publicaciones más importantes del mundo ya están hablando de esta nueva relación médico-paciente, lo que ayuda a la creación de evidencia científica sobre cómo se usa la tecnología para beneficio de la salud.
Un artículo reciente del New England Journal anima a los médicos a dar un paso más en la interacción con el paciente. Ahora no solo sirve la clínica y una buena explicación durante la consulta, ahora se le recomienda a los médicos que sean ‘amigos’ de sus pacientes en plataformas como Facebook.
Ese vínculo digital con el paciente le permitirá al galeno conocer su entorno, estilo de vida, hábitos, posibilidades. Se dice que Facebook está ahí para socializar y contener, pero un grupo de médicos considera que la información que la gente expone en esas redes mejoraría la forma en que el médico trata al paciente.
Y aún hay más, pues ya está aquí la telemedicina. Durante cientos de años practicamos la medicina de la misma manera, o sea, de manera presencial: el médico revisa al paciente, lo diagnostica y sale del consultorio con ciertas instrucciones; el paciente, una vez en casa, hace lo que quiere o lo que puede; ah, y regresa a consulta cuando lo considera prudente o cuando alguien lo lleva, pues algunos carecen de movilidad y no hay quien los acompañe.
La construcción de este diálogo de salud que ayudará a que la gente viva más y mejor es sensacional, pero también es una tarea más que el médico añade a su práctica médica cotidiana.
Ahora el médico debe usar el WhatsApp para orientar a los papás primerizos y poco a poco tiene que migrar hacia los expedientes clínicos electrónicos… ¡Cuántas tareas!
El burnout (síndrome que aparece como una respuesta al estrés laboral prolongado) es frecuente entre los galenos, pero la Organización Mundial de la Salud lo reconoció como una enfermedad entre este gremio. Tan solo en Estados Unidos el 92 por ciento de los doctores está afectado.
Y aunque aún están lejos de aplicarse en México, en Estados Unidos la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó las terapias digitales. ¿Y eso qué es? Pues el médico ‘receta’ un software en el que el paciente irá descargando cotidianamente información que luego será valorada por su médico pero, lo más destacable, es que ese software le ‘hablará’ a diario al paciente, lo acompañará en sus decisiones cotidianas, lo que no sucede con el diabetólogo, a quien tal vez el paciente visita una o dos veces por año.
Esto es lo que ahora se llama ‘beyond the pill’, pues ahora no solo se trata de producir medicamentos, sino de ofrecer a los médicos y pacientes dispositivos que les faciliten el acceso a una vida saludable.
Y aquí aparecen los wearables, esos objetos que puedes llevar puestos como si fueran ropa y a los cuales se les ha incorporado un microprocesador. Esos aditamentos empoderan al paciente quien, además, crea información clínica personalizada en tiempo real, lo que tiene un valor incalculable en diversos ámbitos, pero, sobre todo, en la medicina personalizada.
Y si lo crees sigue leyendo: La FDA aprobó una aplicación que le solicita al paciente cinco variables clínicas y mediante un algoritmo determina si la persona está en riesgo de padecer un paro cardíaco respiratorio.
“El cuerpo humano es estudiable y predecible y con estos adelantos se practica más fácilmente la mejor medicina que existe: la preventiva” puntualiza Ignacio Lugones.
Hace poco el mundo se enteró a través de una publicación científica que un grupo de dermatólogos entrenó a una computadora para que fuera capaz de identificar melanomas. Luego esa máquina compitió contra un reconocido grupo de dermatólogos norteamericanos y ganó el algoritmo.
La tecnología sirve para mejorar la vida de los pacientes, pero también para que los doctores se dediquen a lo que verdaderamente importa no solo en lo médico, sino en lo personal.
Todo es mejor entre médicos, pues comparten puntos de vista, exploran mejores tratamientos para sus pacientes y se cuentan sobre lo último. La ciencia de datos es vital, pues gracias a ella se está reimaginando la medicina.
Por eso plataformas de educación médica continua como Medforum son tan necesarias, pues colocan en el centro al profesional de la salud para que, a través de una serie de herramientas interactivas, entable comunicación más efectiva con sus colegas. La finalidad de ese tipo de herramientas es la creación de una amplia y sólida comunidad de conocimiento médico interdisciplinario que cubra las necesidades de actualización profesional.
El contenido de esa plataforma fue concebido y desarrollado por expertos médicos para otros médicos, tanto generales como especialistas, los cuales pueden acceder de forma fácil y a cualquier hora a información de calidad, lo que se reflejará en una mejor atención hacia sus pacientes.
“La actualización de los médicos es una necesidad crítica que debe cubrirse de manera muy selectiva debido a la enorme cantidad de avances científicos que van de la mano de grandes volúmenes de información médica que se genera de manera exponencial, así que los médicos tienen ante sí un enorme reto para actualizarse, pues disponen de tiempos muy reducidos para evaluar de manera crítica la información que necesitan” finalizó Marissa González.