¿Qué pasa realmente en tu cuerpo cuando comes un hot dog?
Comer hot dogs de forma ocasional y con conciencia no representa un problema grave para la mayoría. Pero si forman parte habitual de tu dieta, es momento de reconsiderar. Tu salud lo agradecerá.
Los hot dogs (o perros calientes) son populares en asados, estadios y celebraciones. Pero aunque son deliciosos, su consumo frecuente puede tener efectos negativos en tu salud. Aquí te explicamos qué le pasa a tu cuerpo cuando comes un hot dog… y cómo hacerlo de forma más segura.
Clasificados como carnes procesadas, son conocidos por su alto contenido de sodio y grasas saturadas. Sin embargo, también aportan nutrientes esenciales, como proteínas, y pueden formar parte de una dieta equilibrada si se consumen con moderación.
¿Qué pasa cuando comes un hot dog? Los riesgos de consumirlos
El consumo regular de hot dogs y otras carnes procesadas se ha asociado con varios riesgos para la salud:
Mayor riesgo de cáncer: Los hot dogs suelen contener nitritos y nitratos, conservantes que prolongan su vida útil. La investigación sugiere un vínculo potencial entre los nitritos dietéticos y ciertos tipos de cáncer, incluyendo el colorrectal, esofágico y de páncreas. Cocinar estas carnes a altas temperaturas (como a la parrilla) produce químicos como las aminas heterocíclicas (HCA) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH), también relacionados con diversos tipos de cáncer.
Alto contenido de grasa saturada y riesgo cardíaco: Un hot dog de res típico aporta 7 gramos de grasa saturada, lo cual está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. La American Heart Association recomienda limitar el consumo de grasa saturada a no más de 13 gramos al día en una dieta de 2,000 calorías. Un estudio encontró que comer 5 onzas o más de carne procesada semanalmente aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca hasta en un 46%.
Alto contenido de sodio y presión arterial: Las carnes procesadas pueden elevar el riesgo de presión arterial alta debido a su elevado contenido de sodio. La presión arterial alta es un factor de riesgo importante para enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Un solo hot dog en un pan blanco contiene alrededor de 705 mg de sodio, mientras que la recomendación ideal de la American Heart Association es no consumir más de 1,500 mg de sodio al día para la mayoría de los adultos.
Mayor riesgo de diabetes: El consumo de carnes procesadas puede aumentar el riesgo de diabetes. Un metaanálisis de 2024 halló que una sola porción puede elevar este riesgo hasta en un 15%. Los nitratos y nitritos en los hot dogs pueden desencadenar resistencia a la insulina, una condición donde el cuerpo no responde correctamente a esta hormona, lo que aumenta el riesgo de diabetes y eleva los niveles de azúcar en la sangre.
Riesgos de seguridad alimentaria: Los hot dogs, como otras carnes procesadas, son propensos a retiros del mercado por malas etiquetas, deterioro, o contaminación con bacterias como Salmonella o Listeria. Aunque son seguros si se manipulan y cocinan correctamente, se recomienda que grupos de riesgo (adultos mayores, niños pequeños, embarazadas o personas con sistemas inmunes debilitados) eviten las carnes procesadas sin cocinar. También pueden contener alérgenos como soja, trigo y lácteos.
Beneficios nutricionales y cómo hacerlos más saludables
A pesar de los riesgos, los hot dogs también aportan proteínas. Un solo hot dog de res en pan blanco contiene aproximadamente 11.9 gramos de proteína, una cantidad considerable que ayuda a reparar y construir tejidos corporales.
Para reducir los riesgos para la salud asociados con los hot dogs, considera estas recomendaciones:
Consumo ocasional: Disfruta los hot dogs solo de vez en cuando, acompañándolos con alimentos nutritivos como ensaladas, vegetales al vapor y frutas.
Opciones alternativas: Opta por hot dogs de aves, mariscos o, mejor aún, alternativas veganas a base de proteínas vegetales como lentejas, frijoles y tofu para reducir las grasas saturadas.
Métodos de cocción: Prefiere cocinar los hot dogs al vapor, asados o hervidos en lugar de a la parrilla, para minimizar la formación de químicos cancerígenos.
Elige sin nitratos/sin curar: Para reducir el riesgo de cáncer, busca opciones de hot dogs etiquetados como “sin nitratos” o “sin curar”.
La clave está en el equilibrio y la elección consciente
Los hot dogs, como carnes procesadas, conllevan riesgos asociados a un mayor consumo de grasas saturadas, sodio y la presencia de nitratos, lo que puede incrementar el riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes. Sin embargo, también son una fuente de proteínas.
La clave para incluirlos en tu dieta es la moderación y la elección consciente. Consúmelos ocasionalmente, acompáñalos de guarniciones saludables y considera alternativas más nutritivas para mitigar los posibles efectos adversos. Escuchar a tu cuerpo y tomar decisiones informadas te permitirá disfrutar de tus comidas sin comprometer tu salud a largo plazo.
¿Conocías todos estos efectos de los hot dogs en tu cuerpo? ¿Qué alternativas saludables sueles elegir?
Los hot dogs son carnes curadas, generalmente elaboradas con una mezcla de:
Carne de res, cerdo, pollo o pavo
Sal
Agentes de curado (nitratos/nitritos)
Azúcar, especias y agua
Información nutricional aproximada por hot dog (con pan):
Calorías: 308
Proteína: 11.4 g
Grasas totales: 18.2 g
Grasas saturadas: 7 g
Sodio: 705 mg
Carbohidratos: 23.8 g
Azúcares: 4 g
Fibra: 0.08 g
¡Ojo! Agregar chili, mayonesa, col o queso puede aumentar las calorías y grasas significativamente.
Para reducir los riesgos para la salud asociados con los hot dogs, considera estas recomendaciones:
Consumo ocasional: Disfruta los hot dogs solo de vez en cuando, acompañándolos con alimentos nutritivos como ensaladas, vegetales al vapor y frutas.
Opciones alternativas: Opta por hot dogs de aves, mariscos o, mejor aún, alternativas veganas a base de proteínas vegetales como lentejas, frijoles y tofu para reducir las grasas saturadas.
Métodos de cocción: Prefiere cocinar los hot dogs al vapor, asados o hervidos en lugar de a la parrilla, para minimizar la formación de químicos cancerígenos.
Elige sin nitratos/sin curar: Para reducir el riesgo de cáncer, busca opciones de hot dogs etiquetados como “sin nitratos” o “sin curar”.
Conclusión: La clave está en el equilibrio y la elección consciente
Los hot dogs, como carnes procesadas, conllevan riesgos asociados a un mayor consumo de grasas saturadas, sodio y la presencia de nitratos, lo que puede incrementar el riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes. Sin embargo, también son una fuente de proteínas.
La clave para incluirlos en tu dieta es la moderación y la elección consciente. Consúmelos ocasionalmente, acompáñalos de guarniciones saludables y considera alternativas más nutritivas para mitigar los posibles efectos adversos. Escuchar a tu cuerpo y tomar decisiones informadas te permitirá disfrutar de tus comidas sin comprometer tu salud a largo plazo.
¿Conocías todos estos efectos de los hot dogs en tu cuerpo? ¿Qué alternativas saludables sueles elegir?
Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates.