Si te interesa tomar la decisión más adecuada para tu estilo de vida, tendrás que aprender un poco de la infinidad de variedades que existen de pan.
Los granos de este tipo de pan se componen de tres tipos: el salvado denso en fibra, el germen rico en nutrientes y el endospermo amiláceo.
El pan blanco está hecho de granos de trigo que han sido procesados para limitar el salvado y el germen, dejando solo el endospermo. Esto da como resultado una textura y sabor más ligeros.
El pan de trigo no debe confundirse con pan de trigo integral. El pan de trigo simplemente refiere que el producto está hecho con harina de trigo, que es otro término para definir la harina blanca.
La palabra “entero” es muy importante aquí porque significa que el salvado, el germen y el endosperma del grano de trigo están intactos. El pan está hecho enteramente de granos de trigo (en lugar de mezclarse con otros granos).
El pan integral blanco está hecho de un grano de trigo integral albino, que es más liviano en sabor y color que las variedades tradicionales de trigo (que son rojas y, por lo tanto, de color más oscuro).
Si prefieres el sabor del pan blanco pero quieres los nutrientes y la fibra que se encuentra en el pan de trigo, esta es una buena opción.
Similar al pan de trigo integral, el pan integral se compone de granos intactos. Además del trigo, puede incluir otros granos integrales como la cebada integral, el arroz integral, la avena integral y la avena arrollada, los cuales son ricos en fibra, vitaminas y minerales.
Aunque el trigo integral es el tipo de grano entero más popular, el pan integral es solo un tipo de pan integral. Son las dos opciones más saludables en la tienda, que varían ligeramente en nutrición según la combinación de granos.
Esta variedad se elabora con harinas de granos germinados que se forman cuando los granos se exponen a condiciones de humedad y calor. Los carbohidratos almacenados en el endosperma se vuelven más fáciles de digerir, y también se cree que aumentan la biodisponibilidad (el grado en que algo se absorbe en el cuerpo) de algunas vitaminas y minerales.
Cualquier pan hecho con granos enteros al 100 por ciento, ya sea de trigo integral o grano entero, es la opción más nutritiva. Pero cuidado: el hecho de que una etiqueta diga “grano entero” no garantiza que el producto contenga exclusivamente granos integrales.
La mejor manera de aprender sobre tu pan es mirar los sellos en el paquete. Si lleva el sello 100%, todos sus ingredientes de grano son enteros. Estos panes también contienen al menos 16 gramos (una porción completa) de granos integrales por porción, de acuerdo con el Whole Grain Council.
Si lleva el sello básico, contiene al menos 8 gramos (media ración) de granos integrales por porción, pero también puede contener granos refinados.
Y otra variante que debes tomar en cuenta es la sal que contiene el producto, pues un estudio realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) encontró que en algunas panaderías un bolillo (aunque no es pan de caja) aportaba casi el 34 por ciento de la ingesta diaria de este elemento.
Para los adultos el límite es de 6 gramos de sal al día (2.4 gramos de sodio), mientras que los niños menores de 7 años pueden consumir 3 gramos de sal al día (1.2 gramos de sodio).
La Agencia de Estándares Alimenticios del Reino Unido considera “alto en sodio” a un producto que rebasa los 600 miligramos de sodio por cada 100 gramos.
Y, contrario a lo que solemos pensar, el tamaño sí importa pues los panes de caja no tienen un estándar, así que algunas marcas fabrican rebanadas que pesan tan solo 8.35 gramos mientras que otras alcanzan hasta los 40 gramos.
Ese dato es primordial al momento de calcular los nutrientes que consumimos a diario, pues generalmente el pan de caja no lo comemos solo.
¿Cuánto tiempo se mantiene fresca una barra de pan? Mientras que los panes de panadería duran de dos a tres días (unos cuantos más si están tostados), los panes envasados se mantienen frescos durante una o dos semanas
La Organización de Consumidores y Usuarios de España recomienda conservarlo bien cerrado, y para ello es mejor una pinza que el alambre que suele traer el producto.
Colócalo en un lugar fresco y seco y evita refrigerarlo porque pierde textura.
Si sabe bien y no presenta moho, no lo deseches, puede comerse aunque haya pasado la fecha, pues se trata de una fecha de consumo preferente.
Si necesitas conservarlo durante más tiempo, PROFECO recomienda envolverlo con plástico o papel aluminio y congelarlo. Cuando lo necesites, solo caliéntalo en el horno a 70 grados Celsius.
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