Peces de fantasía
Por todo el norte de Australia, una plaga marina se está transformando en una colorida forma de arte. Todos los días, cientos de redes de pesca desechadas flotan a la deriva en las aguas...
Por todo el norte de Australia, una plaga marina se está transformando en una colorida forma de arte.
Todos los días, cientos de redes de pesca desechadas flotan a la deriva en las aguas del Pacífico, enredándose con las corrientes. Miden desde unos metros hasta seis kilómetros de largo; sus fibras plásticas atrapan a cuanta criatura marina encuentran al paso. Se calcula que estas letales “redes fantasma” tardan hasta 600 años en desintegrarse. Muchas de ellas terminan en las playas del norte de Australia.
Hace 12 años Riki Gunn, ex capitán de un barco camaronero, decidió crear un grupo de conservación marina que patrullara las playas, recogiera las redes y liberara a las criaturas atrapadas. En la actualidad guardias aborígenes de 40 clanes recorren con regularidad 3,000 kilómetros de costas y rescatan tortugas, dugones y otros animales marinos en peligro para la organización GhostNets Australia.
En pocos meses juntaron montañas de redes. Con ayuda de Sue Ryan, artista de Queensland que había trabajado con artistas aborígenes del poblado Lockhart River, Riki empezó a buscar maneras de reutilizar las redes. De un concurso nacional surgieron muchas ideas, como convertir las fibras plásticas en objetos, desde correas para guitarras hasta bolsos y obras de arte. Pronto Ryan estaba organizando talleres de artesanías en una iniciativa llamada Ghost Net Art Project.
Sue quedó maravillada al ver la gran variedad de colores, espesores y trenzados de las fibras. “Me sentí fascinada porque era algo completamente diferente a cualquier cosa con la que hubiera trabajado”, dice, “y al mismo tiempo era una excelente manera de aumentar la conciencia sobre el problema de las redes fantasma”.
Hoy día Sue trabaja con comunidades del Territorio Norte, del golfo de Carpentaria y de las islas del estrecho de Torres para convertir estas barreras flotantes de tejidos letales (junto con otros materiales arrastrados por las corrientes, como sandalias, desperdicios plásticos y vidrio) en artículos útiles y estéticamente bellos.
Combinando técnicas modernas y tradicionales, los artistas tejen, enrollan, cosen y diseñan objetos de todo tipo, desde canastas, muñecos y esculturas hasta sombreros y bisutería. Esculturas grandes y pequeñas de coloridos peces o ballenas con percebes incrustados se están convirtiendo en potentes recursos para alertar al público sobre los peligros de las redes fantasma. “Es realmente mágico ver a las personas reunirse para convertir en arte una amenaza ambiental”, expresa Sue, y sonriendo añade: “Es el único proyecto en el que uno desea que la materia prima se agote pronto”.