Inspirado en un guión de Jon Spaiths (Dr. Strange, Prometeo), el director noruego regresa al cine estadounidense para su segundo trabajo de alto perfil. Ahora completamente alejado de una historia real, Morten Tyldum se pone tras la cámara para contarnos una historia de ciencia ficción que bebe de múltiples referencias, las cuales van desde La bella durmiente hasta obras maestras como 2001: Odisea del Espacio.
Aquí el director se enfoca en narrar la historia de Jim Preston (Chris Pratt) quien, junto con un largo grupo de voluntarios, forma parte de la tripulación de una nave que busca poblar un planeta lejano, para lo cual todos los pasajeros deben permanecer en estado de hibernación por al menos 120 años.
Pero cuando una falla técnica despierta a Jim con apenas 30 años de trayecto, éste debe enfrentar un año de soledad dentro de la nave, hasta que una egoísta idea hace que su fatídico e inevitable destino cambie.
Impulsado por sus necesidades humanas y carnales más básicas, el personaje de Pratt pronto se encuentra en un dilema. Las opciones son claras pero enfrentan sus creencias éticas: ¿Permanecerá en solitario hasta el final de sus días? ¿O se verá empujado por la necesidad a despertar a más pasajeros para hacerle compañía en los 90 años que le restan a su prolongado viaje espacial voluntario?
Pasajeros es una película que esconde temáticas y conflictos humanos, y desvía su atención en la banalidad. El director y su guionista, basados en una historia que durante años perteneció a la denominada “black list” hollywoodense, pronto dejan de lado los dilemas que nutren su premisa y optan por la salida fácil, buscando beneficiar a la película con la química y el sex appeal entre sus protagonistas que, aunque lucen espectaculares a cuadro y hacen su mejor esfuerzo por ser convincentes, nunca logran transmitir (tampoco es que el material les dé mucho para hacerlo) el conflicto detrás de la inimaginable situación en la que se encuentran, varados en medio del infinito espacio teniéndose sólo el uno al otro.
Si bien es cierto que Tyldum cuenta con un elenco excepcional dentro del cine popular contemporáneo (por ahí sobresalen dos apariciones especiales de Michael Sheen y Laurence Fishburne), además de un maravilloso trabajo de efectos visuales, aderezado por la siempre genial fotografía del mexicano Rodrigo Prieto, la realidad es que estos elementos sólo evidencian la falta de fondo que sufre la película.
Por Gonzalo Lira, tomado de cinepremiere.com.mx
Descubre por qué no debes quedarte sentado más de lo necesario.
La salud neurológica es una preocupación creciente en todo el mundo, con un notable aumento…
El sueño es un proceso biológico fundamental para la salud física y mental. Cuando este…
Aunque puede ser difícil de describir, este síntoma suele ser la señal de que algo…
Un microbioma intestinal saludable podría ayudar a las personas con EII, pero ¿deberían los probióticos…
Aprende consejos prácticos y encuentra 15 ideas fáciles para mantenerte en el camino hacia una…
Esta web usa cookies.