¿No les pasa que hay días que se sienten desmotivados, sin ganas de hacer nada y hasta les cuesta concentrarse y realizar tareas? Y en lugar de hacer esas actividades, prefieren ver el celular por horas para recibir una estímulo inmediato que los haga sentir mejor.
Bueno, si te ha llegado a pasar, se debe a que sufres de pereza mental y ésta nace principalmente de la falta de motivación aunque hay otros factores como falta de sueño, la mala alimentación, el estrés, la ansiedad y la depresión. Lo más habitual es que una persona no vea un beneficio concreto a corto plazo en las actividades intelectuales y por eso se resista a realizarlas.
Muchas veces la persona siente que la actividad es demasiado compleja y esto hace que disminuya la motivación.
Es un problema común que puede afectar a todas las personas sin importar la edad y puede tener un impacto negativo tanto en la vida personal como profesional.
La tecnología puede ser un aliado pero también un distractor
Hoy en día, pasar tiempo en redes sociales como TikTok, Instagram, Facebook, X (antes Twitter), etc., se ha convertido en la más común de nuestras adicciones. El flujo constante de imágenes y contenidos nos atrapa y libera “endorfinas” u hormonas del placer en el cerebro. Un placer que conlleva un coste.
Pues bien, nuestros hábitos de consumo digital pueden ser un factor importante en lo que se refiere a nuestra agudeza mental y la capacidad para procesar información y tomar decisiones informadas. La paradoja reside en el hecho de que la estimulación constante puede conducir en realidad a una falta de estimulación mental real.
En consecuencia, podemos ver efectos negativos en nuestra atención, nuestra memoria, o provocarnos una baja tolerancia a situaciones que no nos brindan una recompensa inmediata.
Al dejar que los dispositivos tecnológicos piensen por nosotros, perdemos la oportunidad de estimular nuestro cerebro con actividades enriquecedoras que mantengan nuestra mente ágil y dispuesta.
Aprender a tomar nuestras propias decisiones, y saber hacerlo sin esperar un beneficio inmediato, es toda una inversión en nuestra futura capacidad de resolución de problemas.
Y entonces, ¿qué debemos hacer?
Entrenar nuestra mente, es decir, desafiar periódicamente nuestras capacidades mentales. A través del entrenamiento cognitivo continuo, podemos superar la pereza mental y cambiar nuestro pensamiento a corto plazo. Esto incluye la participación en acertijos, actividades de resolución de problemas, lectura, comprensión y el aprendizaje continuo.
En un mundo lleno de retos y oportunidades cotidianas, es indispensable que nos mantengamos motivados al realizar tareas que no producen una gratificación instantánea.
Recuerda que si solo repetimos acciones que nos proporcionen recompensas inmediatas, huyendo del esfuerzo cognitivo, caeremos con facilidad en la “pereza mental” y la falta de motivación.
Así que es evidente que nuestras elecciones y acciones cotidianas repercuten en nuestra salud mental y moldean nuestra capacidad para afrontar situaciones difíciles con sabiduría y determinación.
Algunos consejos para combatir la pereza mental
- Establezcan metas pequeñas y alcanzables. Cuando se sientan abrumado por una tarea, divídanla en metas más pequeñas y alcanzables. Esto les ayudará a que se sientan más motivado y menos abrumados.
- Recompensar su progreso. Cuando cumplan una meta, recompénsense con algo que les guste. Les ayudará a mantenerse motivados.
- Eviten las distracciones. Cuando estén tratando de concentrarse en una tarea, eliminen las distracciones de su entorno. Esto significa apagar su teléfono, cerrar las pestañas de su navegador y encontrar un lugar tranquilo para trabajar.
- Tomen descansos cortos con frecuencia. Trabajar durante períodos prolongados de tiempo puede agotar su atención y concentración. Tómense descansos cortos con frecuencia para levantarse y moverse, o para hacer algo que les guste.
- Organícense. Cuando tengan un plan, es más probable que se mantengan motivados y centrados. Tómense un tiempo para organizar sus tareas y establecer prioridades.
- Calma y descanso. No se presionen demasiado para lograr todo de una vez. Es mejor avanzar gradualmente que quemarse. Cuando se sientan agotados, descansen. O de lo contrario, no podrán continuar. Y todo lo que les motivaba e ilusionaba al inicio dejará de tener valor para ustedes.
Con información de The Conversation