El vello femenino es más fino que el de los hombres pero es tan fuerte como un alambre de cobre de calibre similar.
El agua lo suaviza y hace que sea más fácil cortarlo. La crema o gel de afeitar mantiene el vello suave hasta que terminas de rasurarte. Evita el jabón, pues puede secar la hoja y hacer que raspe la piel.
Una vez en la ducha, no tardes mucho en afeitarte
Luego de unos 15 minutos en el agua, la piel comienza a hincharse alrededor de los folículos pilosos, lo que da un resultado menos suave. Además, aféitate las piernas siempre en dirección contraria al crecimiento del vello.
Deja tobillos, muslos y la parte posterior de las pantorrillas al último para dar más tiempo a que ese vello se suavice.
Los rastrillos de afeitar grandes con doble hoja son ideales por su comodidad, los cabezales más pequeños son más adecuados para áreas delicadas y poco accesibles, como la línea del bikini y la parte superior de los dedos de los pies.
Una exfoliación ligera periódica con un estropajo de baño también ayuda a mantener el área sin vellos encarnados. Si tu piel es muy sensible, ten a la mano una taza de hielo para calmar el ardor.
Cambia el cabezal en cuanto las hojas pierdan el filo o sean menos eficaces
Las hojas afiladas son más seguras que las que ya han perdido su filo, puesto que se deslizan más fácilmente sobre la piel sin que haya necesidad de ejercer ninguna presión.
Las navajas sin filo están todavía lo suficientemente afiladas como para ocasionarte un daño en la piel si presionas el rastrillo o te topas con una protuberancia. En promedio, las mujeres deben cambiar las hojas después de 10 afeitadas.
El rastrillo que elijas no basta para darte el afeitado más seguro y eficaz; también cuenta la técnica que emplees.
¿Normalmente tienes algún problema al afeitarte las piernas?