No debe ser sorpresa que el mismo antitranspirante que usas para las axilas también reduzca la sudoración en los pies que, por ende, serán menos olorosos. Simplemente ponte el aerosol antes de colocarte los zapatos y los calcetines.
Lávate los pies a diario con agua caliente con un jabón desodorante o antibacteriano.
Después de un baño o una ducha sécate los pies con una secadora de cabello a la temperatura más baja. este es un consejo especialmente bueno si eres propenso al pie de atleta o a tener hongos en las uñas, pues previene infecciones y reduce la humedad.
Intenta un baño de pies con té negro. Introduce dos bolsas de té en medio litro de agua durante 15 minutos. Saca las bolsas y diluye el té con dos litros de agua, luego remoja los pies durante media hora; repite el procedimiento a diario. El ácido tánico de un té negro fuerte mata las bacterias y cierra los poros para que los pies suden menos.
Date un remojo que combata el olor de los pies mediante una taza de vinagre a un recipiente con agua caliente. Para aumentar su eficacia, agrega unas gotas de aceite de tomilla. Al aceite contiene un potente antiséptico que mata las bacterias que provocan el olor.
Remoja tus pies de 15 a 20 minutos al día durante una semana. Alerta: No recurras a este remedio si tienes alguna inflamación o herida en la piel.
Si no consigues el aceite de tomillo compra un producto que lo contenga: un desinfecatnte bucal, por ejemplo. Prueba agregando un chorro en tu baño de pies (de nuevo, no lo uses en piel agrietada).
El aceite de lavanda no solo huele bien, también ayuda a matar bacterias. Frota unas cuantas gotas en los pies y date masajes antes de irte a dormir y ponte calcetines. Antes de intentar este remedio cerciórate de que el aceite no te irrite la piel probando con una gota en una zona pequeña.
Mezcla dos cucharadas de sales de Epson en cuatro litros de agua caliente en una cubeta. Remoja los pies durante 15 minutos dos veces al día. Las sales astringentes te ayudarán a reducir la sudoración y a matar las bacterias.
Aplica un gel de peróxido de benzoil, el cual consigues en la farmacia, en la planta de los pies a fin de combatir las bacteria. Es posible que sea eficaz, pues actúa igual sobre las que causan el acné.
Cubre tus pies con talco para pies antes de ponerte los calcetines. Absorberá el olor que causa el sudor. Otros dos buenos ‘talcos’ son el bicarbonato de sodio, que neutraliza el olor, y el ácido bórico, que absorbe la humedad.
Cambia de calcetines al menos una vez al día, y de ser posible dos o tres veces. Alterna al menos con dos pares de zapatos. Después que hayas desgastado un par, apártalo y ventílalo 24 horas como mínimo.
Usa zapatos tenis deportivos con mallas en los costados o sandalias abiertas que permitan a sus pies ‘respirar’. Tus pies respirarán mejor si usas calcetines de algodón en vez de los de tela sintética.
La mejor cura, desde luego, es dejar de usar zapatos, así que arrumba esas viejas y olorosas chanclas y anda descalzo por la casa.
Revisa las instrucciones de limpieza de ese calzado. Si son lavables, mételos a la lavadora al menos una vez al mes.
Guarda tus zapatos en u lugar iluminado y ventilado, no en el cerrado y oscuro duardarropa donde crecen y se reproducen las bacterias.
Cada vez que te quites los zapatos insértales una bolsita de astillas de cedro. Estas bolsitas las venden empacadas en sacos de algodón y están hechas para que se adapten a los zapatos. las consigues en un centro de reparación de zapatos o en internet. Absorben la humedad, neutralizan los incómodos olores y mantienen los zapatos secos y cómodos.
Las plantillas fabricadas con saquillos de malla rellenos de ceolita (disponibles en internet) son útiles. Le ceolita es un mineral volcánico que atrae los olores y la humedad y los retiene. Expón el saquillo reusable al sol durante seis horas para descargar los olores.
Aparentemente también la arena para gatos (limpia) funciona. Vierte un poco en un viejo par de calcetines y mételos en los zapatos cuando te los quites. Después de todo para eso está diseñada la arena: para neutralizar los olores y absorber la humedad.
Compra plantillas absorbentes de olores que contienen carbón activado y adáptalas a tus zapatos. Cámbialas cada tres o seis meses.
Si tus zapatos tienen plantillas removibles ponlas a orear cada que te quites los zapatos y mételas a la lavadora de vez en cuando.
Descubre por qué no debes quedarte sentado más de lo necesario.
La salud neurológica es una preocupación creciente en todo el mundo, con un notable aumento…
El sueño es un proceso biológico fundamental para la salud física y mental. Cuando este…
Aunque puede ser difícil de describir, este síntoma suele ser la señal de que algo…
Un microbioma intestinal saludable podría ayudar a las personas con EII, pero ¿deberían los probióticos…
Aprende consejos prácticos y encuentra 15 ideas fáciles para mantenerte en el camino hacia una…
Esta web usa cookies.