¿Puedes elegir una pareja por sus gustos al comer?
Los sabores que nos gustan dicen mucho de nuestra personalidad, por eso antes de comerte a alguien a besos, conoce qué le gusta comer.
¿Por qué nos sentimos atraídos por ciertas personas y por otras no? ¿Por qué algunas personas nos resultan sexualmente atractivas y otras no? ¿Por qué nos enamoramos?
Por supuesto tiene que ver con nuestra personalidad pero también con una reacción hormonal que involucra toda la bioquímica de nuestro cuerpo.
Lo mismo sucede con los alimentos: ¿por qué algunos nos agradan y otros no? La respuesta también tiene que ver con la reacción bioquímica que cada alimento provoca en nosotros.
Resulta que cada uno de nosotros tiene ciertas características morfológicas y de personalidad que están relacionadas con una mayor influencia de alguno de los líquidos vitales en nuestro cuerpo (sangre, bilis, linfa) que nos hace sentirnos mejor en ciertos climas, con ciertos sabores y con ciertas personas.
Estas características se dividen en cuatro grupos que los griegos llamaron temperamentos o biotipos, según explica David Duarte, pionero en México de la milenaria medicina UNANI de origen griego/árabe.
La medicina UNANI establece una relación entre la morfología y la personalidad de tal forma que se puede predecir viendo el cuerpo de una persona cómo es su carácter, qué alimentos le gustan, cuales le caen bien (no necesariamente son los mismos) y con qué tipo de persona hará una buena pareja.
Es decir, hay una relación entre forma de cuerpo, metabolismo, personalidad, gusto por determinados sabores y el tipo de pareja que nos complementa.
Por eso antes de lanzarse a comerse a ese alguien especial a besos, veamos si su sabor es el que nos hará bien.
Por ejemplo, una persona que tiene tanto el cuerpo como el rostro de forma “redonda” con curvas marcadas pese a que esté delgada es de tipo Flemático (que efectivamente tienden a tener sobre peso).
Su piel suele ser suave y dan sensación de “blandura”, de hecho difícilmente desarrollaran una musculatura prominente. Son personas que necesitan dormir mucho, lentas en sus movimientos, amorosas, cálidas, maternales y de buen carácter.
Por supuesto su sabor es el dulce (azúcares y carbohidratos), es el que más disfrutan pero lo que realmente le sienta bien el sabor picante, es decir, su opuesto.
Los griegos relacionaban las cualidades de las personas flemáticas con el elemento agua, por tanto, su pareja perfecta, su complemento, son aquellas que se les puede relacionar con su opuesto, con el fuego, es decir, del biotipo Colérico.
Las personas que tienden a tener cuerpos bien proporcionados son del biotipo Colérico, relacionadas con la fuerza masculina del fuego. Tienden a sudar mucho, se enojan cuando pasan periodos largos sin comer y no necesitan dormir mucho.
Son apasionados, idealistas, voluntariosos, impulsivos, dominantes y a veces un poco arrogantes y agresivos. Estas personas pueden inclinarse por alimentos relacionados con el fuego de sabores agrios y picantes aunque deben evitarlos.
Se sienten inclinados a personas dulces porque pueden contenerlos y calmarlos. Por su parte, quienes gustan de personas con personalidad “picante”, están buscando que “prendan” sus emociones
David Duarte comenta que las personas del biotipo Sanguíneo son robustos, de huesos pesados, con tendencia a una estructura firme y con buena musculatura. Son creativos, inteligentes, alegres y joviales. Les gusta disfrutar de los placeres sensoriales, de la sal de la vida, por eso se inclinan por los sabores salados.
Las personas que gustan de los sabores amargos tienden al orden, son objetivos y realistas por lo que buscan un elemento de “goce” en su pareja quien por su parte recibe la dosis de “límites” que necesita.
Estas personas que son del biotipo Melancólico son delgadas y con articulaciones marcadas, son reflexivas e intelectuales. Los sabores salado (biotipo Sanguíneo) y amargo (Melancólico) se atraen de inmediato pues se complementan.
Desde ahora ya lo sabemos: los alimentos que nos gustan hablan de nuestras necesidades afectivas y de aquello que nos complementa. Entonces no está de más observar a esa persona especial para saber si su sabor y el nuestro son compatibles.
¿Los gustos alimenticios de tu pareja se complementan con los tuyos? ¿Son incompatibles? ¿Les gusta lo mismo?