Todos sabemos que nos han vacunado contra esta enfermedad, pero ¿sabemos de que trata?
Es una enfermedad viral que puede afectar los nervios y llevar a parálisis total o parcial.
Es producida por los poliovirus (género de enterovirus) tipo 1, 2 y 3: Todos ellos causan parálisis, el más frecuente aislado en casos de parálisis es el tipo 1, siendo a menudo el responsable de las epidemias. El tipo 3 es el de menor frecuencia. En el tratamiento existen dos tipos de vacunas, la inyectable que es el virus inactivo y la oral que es el virus vivo.
El virus se propaga por:
Contacto directo de persona a persona.
Contacto con moco o flema infectados de la nariz o de la boca.
Contacto con heces infectadas.
Entra a través de la boca y la nariz, se multiplica en la garganta y en el tubo digestivo para luego ser absorbido y diseminarse a través de la sangre y el sistema linfático. El tiempo que pasa desde el momento de resultar infectado con el virus hasta la aparición de los síntomas de la enfermedad (incubación) oscila entre 5 y 35 días (un promedio de 7 a 14 días). La mayoría de las personas no presenta síntomas.
Los riesgos son, entre otros:
Falta de vacunación contra la poliomielitis.
Viajar a un área en donde se haya presentado un brote de polio.
La polio con frecuencia se presenta después de que alguien viaja a una región donde la enfermedad es común. Como resultado de la campaña de vacunación masiva y global durante los últimos 20 años, la polio se presenta sólo en algunos países en África y Asia.
Síntomas
Hay tres patrones básicos de infección por polio: infección subclínica, no paralítica y paralítica. La mayoría de las personas tienen infecciones subclínicas y es posible que no tengan síntomas.
Molestia general o inquietud (malestar general)
Dolor de cabeza
Garganta enrojecida
Fiebre leve
Dolor de garganta
Vómitos
Es posible que las personas con la infección de polio subclínica no presenten síntomas o que sean leves y duren 72 horas o menos.
La poliomielitis clínica afecta al sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) y se divide en las formas no paralítica y paralítica. Se puede presentar después de la recuperación de una infección subclínica.
El compromiso del cerebro y de la médula espinal es una emergencia médica que puede provocar parálisis o la muerte (generalmente por dificultades respiratorias).
La discapacidad es más común que la muerte. La infección en la parte alta de la médula espinal o en el cerebro incrementa el riesgo de problemas respiratorios.
La magia de la Navidad está en el aire, pero para quienes padecen migraña, estas…
Las compras navideñas de último minuto son una tradición para muchos mexicanos, pero en la…
La OMS advierte sobre la importancia del hierro: 1 de cada 4 personas en el…
Los Reyes Magos y Santa Claus representan más que regalos; simbolizan el poder de la…
Descubre cómo mejorar tu calidad de sueño y por qué es fundamental para tu bienestar…
¿Te has preguntado por qué todo el mundo habla de Ozempic? Lo que comenzó como…
Esta web usa cookies.