Ponte activo: deportes para practicar en verano
Ponte en forma durante el verano con los deportes más divertidos para practicar al aire libre.
Muchos de nosotros cambiamos el gimnasio por actividades físicas al aire libre y los que se van de vacaciones buscan la manera de continuar con sus rutinas para mantenerse en forma los días que están fuera.
A todos nos gusta cuidarnos, pero no queremos sacrificar nuestro tiempo libre para sufrir. Por eso, hemos hecho una selección de los deportes más divertidos que puedes practicar al aire libre este verano. Ya sea solo a acompañado, hacer deporte te resultará más fácil que nunca.
Las piscinas y las playas suelen ser uno de los lugares más concurridos durante el verano, al permitir mantener el cuerpo sumergido en agua y, por lo tanto, refrescado. Pero también sirven para hacer ejercicio: nadar es un deporte sencillo que puede realizar prácticamente cualquier persona, incluso quienes tienen problemas de artritis o las mujeres embarazadas, ya que el peso de un cuerpo se reduce a su 10 por ciento al estar sumergido en agua, lo que hace que realizar ejercicio sea mucho más fácil.
Los beneficios de la natación son sobre todo musculares (mejora aspectos como la flexibilidad, la fuerza o la resistencia) pero también cardiovasculares.
Este deporte de palas se aprende rápidamente y permite quemar calorías, a la par que resulta divertido para practicar junto a otras personas. El pádel consiste en tratar de que el rival no devuelva la pelota a nuestra pista antes de botar por segunda vez. Cada uno de los jugadores va equipado con una pala reglamentaria, y los partidos se disputan en pistas adaptadas especialmente para este deporte. Todo ello hace que cualquier persona pueda practicarlo con independencia de su edad.
Los beneficios del pádel son diversos: aparte de la quema de calorías, también sirve para tonificar y fortalecer los músculos, mejorar el sistema respiratorio o fortalecer el corazón. Al permitir un progreso rápido, además tiene efectos sobre el ánimo y la autoestima, así como sobre las relaciones sociales.
Caminar es una de las formas más sencillas de realizar ejercicio que ayuda a mejorar la tonificación de los músculos o el sistema cardiovascular. El senderismo puede resultar así una forma alternativa de contemplar la naturaleza al mismo tiempo que el cuerpo está en movimiento. Caminar unos 45 minutos al día es suficiente para mantenerse en buena forma, según expertos.
Debido a las altas temperaturas de la época estival, es recomendable caminar en las primeras horas de la mañana o en las últimas horas de la tarde e incluso por la noche. Si se sale a caminar en horas centrales, es importante seguir algunas medidas básicas como ponerse una gorra o gafas de sol, utilizar protección solar y llevar abundante agua u otra fuente de hidratación.
El piragüismo permite recorrer un río en kayak o canoa, solo o acompañado, a la vez que se hace ejercicio. Los movimientos con la pala ejercitan especialmente los brazos y el tronco, pero también la espalda y los abdominales, por lo que resulta un trabajo de cuerpo completo. Requiere cierta preparación física, pero una vez adquiridas las primeras nociones sobre seguridad y de remo se convierte en una actividad divertida y relajante.
Uno de los deportes que más se relaciona con la playa, y también de los más llamativos, es el surf. Al igual que el piragüismo, hay una gran oferta de campamentos y clases orientadas a aprender a manejar la tabla, dirigidas tanto a adultos como a niños, que instruyen sobre cómo tomar las olas o navegar hasta ellas. Es un deporte que se recomienda empezar a practicar en aguas calmadas, por lo que no supone grandes riesgos.
El surf, además de ser divertido y aliviar el estrés, tiene numerosos beneficios físicos en todo el cuerpo. Hacer surf ayuda a la tonificación de músculos de brazos y piernas, así como a fortalecer los glúteos y los músculos del tronco.
En verano apetece salir a la calle, y una de las formas más divertidas de hacerlo es sobre ruedas. Patinar, aunque requiere un esfuerzo similar al de salir a correr, puede resultar más ameno y, al no contar con una equipación muy pesada, se hace más agradable para afrontar las altas temperaturas. Se puede patinar en cualquier superficie lisa, ya sea de asfalto, cemento o parqué.
Es una actividad que, aunque puede realizarla prácticamente todo el mundo, requiere cierta preparación para evitar posibles lesiones, aunque la mayoría de ellas se pueden evitar utilizando la protección básica, como rodilleras, coderas y casco. Una vez conocidas las reglas básicas, los beneficios del patinaje son diversos: mejora los músculos del cuadro inferior, la resistencia aeróbica, el sentido del equilibrio o incluso los reflejos.
Conocer las profundidades del mar puede ser, además de interesante, una forma de hacer ejercicio. Bucear es una de las actividades más frecuentes del verano que practican todo tipo de personas, aunque se piden unos requisitos mínimos: tener al menos 14 años y saber nadar. El equipo necesario para bucear consiste en una escafandra, una máscara de buceo, un traje y aletas, entre otros, aunque la mayoría de escuelas y zonas de buceo ofrecen la posibilidad de alquilarlo.
El buceo es una actividad relajante que ayuda a aliviar el estrés, pero también aporta otros beneficios físicos como mejorar la capacidad respiratoria, tonificar los músculos y permitir un mejor control sobre el cuerpo. Sin embargo, no está indicado para personas con problemas en oídos, cardiacos o respiratorios, ni para mujeres embarazadas.
Una manera alternativa para disfrutar del mar es el kitesurf, un deporte en el que se recorre la superficie del mar sobre una tabla dirigida por una cometa de tracción. Se considera un deporte de riesgo, aunque no precisa de una forma física muy buena para practicarlo. Para aprender a hacer kitesurf lo más recomendable es asistir a un curso de instrucción que pueden realizar personas de todas las edades, incluso los niños.
Al tratarse de un deporte de riesgo no se recomienda a personas con problemas respiratorios o cardiovasculares, que tienen lesiones recurrentes, diabéticos o personas que no sepan nadar. Para el resto, practicar kitesurf cuenta con numerosos beneficios: además de una enorme liberación de adrenalina, se realiza un trabajo aeróbico que tonifica extremidades y tronco y mejora la coordinación y el equilibrio del cuerpo.
El esquí acuático es un deporte muy parecido al kitesurf pero, en lugar de una cometa, la dirección la determina una lancha motora a la que se va sujeto. Se puede realizar con o sin tabla, deslizando los pies sobre el agua, y está aconsejado para personas de todas las edades.
Los beneficios del esquí acuático radican principalmente en los brazos y las piernas, pero también ayuda a mejorar la resistencia física de manera general, así como a aumentar el equilibrio o mejorar los reflejos. También es una forma de perder peso, pues se llegana perder 300 calorías en media hora de esquí acuático.
En la playa no sólo se puede realizar ejercicio en el agua; la arena también ofrece posibilidades para hacer deporte. Un buen ejemplo de ello es el vóley-playa, una variante del conocido deporte que cuenta con beneficios añadidos al realizarlo sobre la arena: este terreno dificulta el movimiento, lo que supone un mayor trabajo tanto de piernas como del tren superior.
Muchas de las playas cuentan con redes para practicar este deporte, por lo que es una buena forma de practicar ejercicio sin tener que desplazarse hasta un lugar concreto o que requiera un coste en materiales más allá del balón. Lo pueden practicar todo tipo de personas y se puede jugar tanto de forma intensa como relajada, en familia o con amigos.
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¿Qué tal? ¿Cuál de todos estos deportes te llama más la atención para estas vacaciones de verano? ¿Qué otro deporte recomiendas?