El gobierno mexicano invirtió en la compra de medicamentos antivirales que curan a la mayoría de las personas con hepatitis C en un lapso de 8 a 12 semanas.
Aunque la cura está disponible de forma gratuita y universal no sirve de mucho, pues la incidencia nacional de hepatitis C se estima en 3 por cada mil habitantes, pero solo el 5 por ciento sabe que la padece.
La hepatitis es la inflamación del hígado, que ocurre cuando hay una infección o lesión de los órganos.
Existen diferentes tipos de hepatitis. Uno de los más graves es la hepatitis C, que es causado por el virus de la hepatitis C (VHC).
Ese virus puede causar una enfermedad aguda o crónica, cuya gravedad varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas hasta una enfermedad crónica.
“Lamentablemente esta enfermedad al inicio no da síntomas, pero las consecuencias de no tener diagnóstico y tratamientos oportunos pueden llevar a la persona a padecer cirrosis y cáncer de hígado” destacó el Dr. Carlos Antonio Cabrera, director de Fundación BAI A.C, una organización sin fines de lucro.
Cabrera recordó que México es pionero de un programa que tiene por objeto la eliminación de la hepatitis C, el cual está encabezado por el CENSIDA.
El Programa Nacional de Eliminación de Hepatitis C es un conjunto de acciones coordinadas de promoción, prevención, diagnóstico, vinculación y tratamiento con acceso universal.
“El tratamiento es gratuito y para todos, sin discriminación y con un enfoque de atención primaria, pero también con un enfoque directo a los grupos más afectados” precisó la hepatóloga Graciela Castro Narro.
Pero para que haya un tratamiento tiene que haber detección y diagnóstico, lo que está fallando en México.
El presidente de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, el doctor Jesús González Roldán, lamentó que la población heterosexual es la que menos pruebas de detección de hepatitis C o VIH se realiza, a pesar de las situaciones de riesgos que enfrenta cotidianamente como la práctica de relaciones sexuales sin protección, los tatuajes e incluso el manicure.
“Es importante invitar a la sociedad, organismos de salud gubernamentales a promover la detección temprana entre la población, sobre todo en grupos de riesgo para identificar a las personas que viven con VIH o hepatitis C, y que aún no saben que lo tienen” resaltó.
“Un diagnóstico oportuno, a través de pruebas confiables, hace la diferencia para la lucha contra el virus”, expresó González Roldán.
Tras la transmisión del virus de la hepatitis C y producirse la infección aguda durante los seis primeros meses, las personas infectadas no notan síntomas, por lo que su detección precoz suele ser bastante reducida.
De hecho, en algunos pacientes se produce el diagnóstico cuando ya existe daño hepático. La infección por el VHC se diagnostica en dos etapas:
Si estos anticuerpos están en la sangre, significa que la persona ha estado en contacto con el virus de la hepatitis C.
Estos anticuerpos pueden tardar entre dos y tres meses en ser producidos por el cuerpo tras ocurrir la transmisión. Esto significa que, si la prueba se realiza en ese periodo de tiempo, puede que no detecte su presencia, recomendándose repetir la prueba en un plazo de seis meses.
Si la prueba sale positiva, se necesita realizar la prueba de confirmación para detectar si hay viremia. Habitualmente se hace mediante una técnica llamada reacción en cadena de la polimerasa, conocida como PCR.
La presencia de anticuerpos no es diagnóstica de que la persona padece el virus de la hepatitis C, porque se puede haber tenido el virus, pero haberse superado la infección espontáneamente o mediante el tratamiento.
Para ello, la prueba definitiva es la que mide la cantidad de material genético, el ARN del virus de la hepatitis C, que hay en la sangre.
Si la prueba sale positiva, se confirma que la persona está infectada por el virus de la hepatitis C y automáticamente se hace una determinación de la cantidad de virus presente en la sangre (carga viral).
Existen diferentes clínicas en cada entidad, pero el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el SIDA pone a disposición del público en general los siguientes medios de contacto para atenderte: el teléfono (55) 1946 9772 y el correo hepatitisc@salud.gob.mx
Allí se resuelven dudas sobre infecciones de transmisión sexual, VIH y hepatitis C y se ofrece orientación sobre pruebas y tratamiento para VIH y hepatitis C, así como entrega de medicamentos.
No existe ninguna vacuna eficaz contra la hepatitis C; la prevención depende de la reducción del riesgo de exposición al virus en el entorno sanitario y en los grupos de población de alto riesgo.
Algunos ejemplos de intervenciones de prevención primaria recomendadas por la OMS:
La hepatitis C sigue siendo un problema de salud pública en el mundo por su falta de detección, explica la hepatóloga Graciela Castro Narro durante su participación en la Cumbre de Virología México 2022.
“Si no se detecta y se trata a tiempo, en el 80 por ciento de los casos evoluciona llegando a cirrosis o carcinoma hepatocelular (cáncer) que solo puede curarse con un trasplante” agregó.
México tiene una oportunidad histórica de poder eliminarla. Desde el 2019 se estableció la estrategia de triple optimización por el Sector Salud para que todos tengan la oportunidad de tratarse, finalizó la hepatóloga.
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