En México, la cortesía y la armonía son valores culturales profundamente arraigados. Sin embargo, esto tiene un costo: decir “no” se convierte en un desafío. Según un estudio realizado por la compañía Toluna en 2025, el 74% de los mexicanos acepta asistir a reuniones incómodas solo por compromiso. Además, el 63% prefiere salir con personas que no les agradan antes que arriesgarse a caer mal.
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Estos datos reflejan una realidad preocupante: solo el 37% de los encuestados se atreve a decir “no” cuando es necesario. ¿Por qué nos cuesta tanto establecer límites?
El impacto en la vida laboral y personal
El estudio también revela cómo esta dificultad afecta diferentes aspectos de la vida. En el ámbito laboral, el 65% de los mexicanos admite cancelar planes con amigos, pero no las horas extra. Esto no solo afecta las relaciones personales, sino que también contribuye al estrés y el agotamiento.
En situaciones sociales, el 55% acepta participar en actividades que no disfrutan, como bailar en público, solo para evitar conflictos. Incluso en decisiones financieras, el 41% admite contratar tarjetas de crédito que no deseaban, demostrando cómo el miedo a decir “no” puede llevar a compromisos innecesarios.
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¿Por qué nos cuesta tanto decir “no”?
En México, la cultura de la cortesía y el deseo de mantener la armonía hacen que decir “no” se perciba como un acto disruptivo. Sin embargo, esta tendencia puede tener consecuencias negativas. Sobrepasar nuestros límites genera estrés, malestar emocional y, en algunos casos, incluso problemas de salud mental.
Expertos en psicología sugieren que aprender a decir “no” es fundamental para el autocuidado y el bienestar emocional. No se trata de ser descortés, sino de priorizar nuestras necesidades y establecer límites saludables.
Hacia una cultura más asertiva
El cambio hacia una cultura más asertiva y consciente es esencial. Esto implica valorar tanto los compromisos como el autocuidado, reconociendo que decir “no” no es un acto egoísta, sino un paso hacia una vida más equilibrada.
Decir “no” no solo nos permite proteger nuestro tiempo y energía, sino que también nos ayuda a construir relaciones más auténticas y respetuosas. Como bien dice el estudio, “decir ‘no’ es de valientes”.
Aprender a decir “no” es cuidar de ti mismo
Los datos de este estudio son una invitación a reflexionar sobre nuestras propias dinámicas sociales y laborales. Aprender a decir “no” no solo mejora nuestro bienestar individual, sino que también contribuye a un entorno más saludable y respetuoso.
Así que, la próxima vez que te sientas presionado a decir “sí” cuando quieres decir “no”, recuerda: establecer límites es un acto de valentía y autocuidado.