¿Por qué algunas personas sufren de hipertensión?
Todos tenemos presión arterial de algún tipo; si no fuera así, la sangre no fluiría del corazón a través de las arterias.
Todos tenemos presión arterial de algún tipo; si no fuera así, la sangre no fluiría del corazón a través de las arterias. Esta presión es de dos tipos: cuando el corazón se contrae, la sangre alcanza su punto máximo, la presión sistólica. Cuando el corazón se relaja entre cada latido, la presión llega a su fase mínima: la diastólica.
El médico mide estas presiones en milímetros de mercurio (mm/Hg) con un instrumento llamado esfigmomanómetro. En un adulto joven, la presión sistólica promedio es de 110 mm/Hg, mientras que la diastólica es de 75 mm/Hg, cifras que suelen expresarse como 110/75.
Muchos factores influyen para que aumente la presión; el ejercicio es uno de ellos, porque el corazón necesita bombear con más fuerza para abastecer de más oxígeno. La edad es otro factor, aunque normal: un individuo sano de 60 años de edad puede tener una presión de 130/90.
Cuando la gente se queja de la presión sanguínea, se refiere a lo que los médicos llaman hipertensión (presión arterial anormalmente alta y constante, que conlleva el riesgo de ataques cardiacos y de apoplejía).
La hipertensión puede provocar que un punto débil en un vaso sanguíneo se dilate y estalle, vaciando sangre a los tejidos adyacentes, frecuentemente con resultados letales.
La hipertensión afecta a un 20% de los adultos. A veces carece de causa implícita; sin embargo, muchas víctimas pueden abatir los riesgos bajando de peso. Demasiado peso significa una carga muy pesada para el corazón, y si además fuman, deben dejar ese hábito.
Incluso deben tratar de evitar el estrés que, como la nicotina, constriñe los vasos sanguíneos y fuerza al corazón a trabajar con más ahínco.
Quien esté preocupado por la hipertensión debe reducir el consumo de leche, crema, queso, huevos y alimentos grasosos, con altos índices de colesterol.