Las plantas medicinales son un complemento perfecto para nuestro bienestar, siempre que se usen con responsabilidad y bajo la supervisión de un médico. El tomillo (Thymus vulgaris L) es una de estas plantas, utilizada desde la antigüedad por sus propiedades antimicrobianas, antisépticas y antivirales.
Esta hierba medicinal contiene dos ingredientes: el timol y el carvacrol “que tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes e inmunomoduladoras”. Según un estudio publicado ScienceDirect realizado para medir su eficacia para combatir gripes y resfriados.
Si bien el tomillo contiene vitamina C, fibra, hierro y cobre, como indica Healthline, su consumo habitual se realiza en pequeñas cantidades. Estas cantidades no son suficientes para tener un impacto significativo en el cuerpo. Por otro lado, tampoco se recomienda su consumo excesivo, ya que puede ser perjudicial.
El tomillo es muy apreciado en la cocina como planta aromática originaria del Mediterráneo. Su uso principal en la cocina es sazonar ciertos platos, como carnes y guisos. Además, hay varios tipos de esta hierba, como el tomillo alemán, que tiene un sabor amargo más fuerte. El tomillo limonero se caracteriza por su agradable aroma en la comida, pero no resiste la cocción a altas temperaturas, según el periódico El Financiero.
Preparar el té de tomillo es muy sencillo, solo debes hervir hojas de tomillo o tomillo molido, una cucharada, en 200 mililitros de agua por 5 minutos, colar y servir.