¿Por qué caminas ‘chueco’? Expertos explican las causas y soluciones
Aunque en la mayoría de los casos no es grave, es importante estar atento a cambios significativos en tu marcha.
¿Te han dicho que caminas “chueco” o que, sin querer, empujas a los demás al andar? Aunque puede parecer algo gracioso o incluso insignificante, este fenómeno tiene explicaciones científicas que van desde el desbalance muscular hasta el calzado que usas. En este artículo, exploramos las razones detrás de caminar de lado y te damos consejos para mejorar tu marcha.
[Puedes leer: Caminar es un gran ejercicio, pero evita cometer estos errores]
Caminar “chueco” es más común de lo que piensas y puede deberse a varios factores. Según estudios en biomecánica y neurología, estas son las causas principales:
Una de las razones más frecuentes es el desbalance muscular. Un estudio publicado en el Journal of Biomechanics reveló que muchas personas tienen un lado del cuerpo más fuerte que el otro. Esto puede hacer que el cuerpo se incline ligeramente hacia el lado más débil al caminar.
Los músculos del tobillo, la cadera y la pelvis son clave para mantener el equilibrio. Si un lado es más fuerte o flexible, puede provocar una inclinación lateral.
En algunos casos, si caminas chueco o de lado puede estar relacionado con trastornos neurológicos. Un estudio publicado en Movement Disorders encontró que las personas con enfermedad de Parkinson a menudo experimentan lo que se conoce como “caminar en zigzag” o “caminar de lado”, debido a la rigidez muscular y la dificultad para coordinar los movimientos. Además, problemas en el sistema vestibular, que controla el equilibrio, también pueden alterar la marcha.
El cerebro juega un papel esencial en cómo caminamos. Coordina los músculos para mantener el equilibrio y dirigir el cuerpo. Sin embargo, factores como la fatiga o el estrés pueden afectar esta coordinación, provocando movimientos laterales.
Según un artículo en Neuroscience and Biobehavioral Reviews, el cerebro también responde a estímulos ambientales, como el terreno o el cansancio, lo que puede hacer que ajustemos nuestra trayectoria sin darnos cuenta.
[Quizás te interese esto: Conoce la historia de Joy Milne, la mujer que huele el Parkinson]
El calzado también influye en nuestra marcha. Zapatos mal ajustados o con suelas desgastadas pueden afectar la postura y la distribución del peso al caminar.
Un estudio en Gait & Posture encontró que usar zapatos inadecuados puede provocar una inclinación lateral o caminar de forma asimétrica, afectando la alineación de la cadera y las piernas.
En la mayoría de los casos, caminar “chueco” no es motivo de preocupación. Sin embargo, si notas que tu marcha ha cambiado drásticamente o se ha vuelto más pronunciada, es recomendable consultar a un profesional de la salud.
[Puedes leer: ¿Vas a comenzar a correr? Tips para elegir el mejor calzado]
Caminar “chueco” puede ser el resultado de factores como el desbalance muscular, trastornos neurológicos o incluso el calzado que usas. Aunque en la mayoría de los casos no es grave, es importante estar atento a cambios significativos en tu marcha. Con los ejercicios adecuados y un calzado apropiado, puedes mejorar tu postura al caminar y evitar empujar a los demás sin querer.