El sol no es el enemigo. De hecho, tiene grandes beneficios: estimula la producción de vitamina D, mejora el ánimo y puede ser útil en ciertos tratamientos dermatológicos. Pero como todo, en exceso o sin cuidado, puede ser perjudicial.
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A partir de solo 20 minutos de exposición a un índice UV moderado (nivel 4), la piel puede empezar a sufrir daños: desde manchas y arrugas hasta un mayor riesgo de cáncer cutáneo.
La radiación solar se acumula… y no siempre se ve
Sara Carrasco, dermatóloga en Bilbao, recuerda que el daño solar no ocurre de inmediato. Es acumulativo y silencioso. Puede alterar el ADN de las células de la piel y acelerar el envejecimiento. Juan Jurado, médico de familia y dermatólogo, confirma que cada vez ven más casos de enfermedades relacionadas con el sol en personas relativamente jóvenes.
Un ejemplo: la queratosis actínica, una lesión áspera que puede aparecer en cara, manos o cuero cabelludo, es una señal de daño solar acumulado. También la queratosis seborreica, aunque benigna, puede estar relacionada con la exposición prolongada.
La mejor defensa: el protector solar
Por suerte, contamos con una herramienta poderosa: el protector solar. Aplicarlo todos los días es una de las formas más efectivas de prevenir tanto enfermedades graves como los signos visibles del envejecimiento. No se trata solo de usarlo en la playa o en verano.
¿Y los días nublados? Aunque parezca que el sol no está, hasta el 80% de la radiación ultravioleta atraviesa las nubes. Seguro conoces a alguien que se ha quemado un día gris en la playa o en la montaña.
En invierno, cuando el cielo está completamente cubierto o llueve, el riesgo baja, pero no desaparece. Los expertos siguen recomendando el uso diario, sobre todo porque los protectores modernos no son solo “bloqueadores solares”: son auténticos tratamientos cosméticos.
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Cremas funcionales: más que protección
Hoy en día, muchos protectores solares incluyen ingredientes hidratantes, antioxidantes y antimanchas. Algunos ayudan a reparar la piel, prevenir el envejecimiento e incluso nutrirla. No son solo una barrera contra el sol: son aliados del cuidado facial diario.
¿Qué tan importante es tu tipo de piel?
No todas las personas tienen el mismo riesgo. No es lo mismo tener piel clara o pelirroja que tener piel morena. Tampoco es igual vivir en una zona con mucho sol (como el sur de México) que en un lugar nublado. Por eso, lo ideal es:
- Revisar el índice UV cada día (puedes usar apps como UV-Derma).
- Aplicar protector solar si el índice es de 3 o más.
- Usarlo incluso en interiores si estás cerca de ventanas o manejas mucho tiempo.
Conclusión
Proteger tu piel del sol todos los días es una inversión a largo plazo. Previenes arrugas, manchas y enfermedades graves como el cáncer de piel. Y no necesitas esperar al verano para comenzar: los rayos UV están presentes todo el año, aunque el sol no se vea.
Usa protector solar a diario. Tu piel te lo va a agradecer.