¿Por qué el “septiemble” es solo uno de los mitos sobre sismos?

En México, la memoria de los terremotos del 19 de septiembre es tan fuerte que ha dado origen a una serie de creencias populares. Estos mitos sobre sismos ofrecen la comodidad de una explicación en un país de alta sismicidad, pero la ciencia nos recuerda que la mejor herramienta contra un temblor no es la predicción, sino la preparación.

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A continuación, desmentimos los mitos más comunes para que puedas basar tu seguridad en hechos, no en creencias.

El mito de la temporada sísmica

La coincidencia de los devastadores terremotos de 1985 y 2017, ambos ocurridos el 19 de septiembre, ha popularizado la idea de que este mes es más propenso a los sismos. Sin embargo, esta creencia carece de sustento científico.

Según los registros de más de un siglo del Servicio Sismológico Nacional, la actividad sísmica se distribuye a lo largo de todo el año. De hecho, los datos históricos muestran que diciembre es el mes con mayor número de movimientos telúricos en el país. Como explica el investigador Arturo Iglesias, no existe ninguna razón científica que vincule los sismos a un mes o a un ciclo anual.

Este fenómeno es, en realidad, un mecanismo psicológico. La socióloga Mónica Orozco explica que el cerebro humano, ante un evento traumático e impredecible como un terremoto, tiende a llenar los vacíos con una periodicidad o un patrón para sentir una falsa sensación de control.

Mitos comunes sobre las predicciones

Otras creencias populares también han sido desmentidas por la ciencia:

  • Los sismos se pueden predecir por el clima o la luna. No existe ninguna relación entre los fenómenos hidrometeorológicos (como la lluvia o las nubes) y los movimientos geológicos. Una “luna roja” es un efecto óptico causado por las partículas de polvo en la atmósfera, no una señal de actividad en las placas tectónicas.
  • Los animales pueden predecir un sismo. Los perros, gatos y otros animales tienen una mejor audición que los humanos y pueden escuchar la llegada de la “onda P”, una onda sísmica primaria que se propaga antes del movimiento principal. Sin embargo, su nerviosismo y aullidos no son una predicción; son una reacción a un temblor que ya ha comenzado.

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La única certeza es la prevención

La realidad es que México se ubica en un sitio de alta sismicidad y, hasta ahora, no existe ninguna tecnología en el mundo que permita predecir un sismo con exactitud. Por eso, la prevención se convierte en nuestra mejor aliada.

Las acciones de Protección Civil, los simulacros y las alertas tempranas son las únicas herramientas efectivas para salvaguardar tu vida y la de tu familia. Como señala la socióloga Orozco, si la creencia en el “septiemble” te motiva a revisar tu plan de emergencias o preparar tu mochila de vida, esa es una arista positiva que vale la pena adoptar.

Recuerda: el conocimiento y la preparación son más poderosos que cualquier mito.

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