La CIA despide a un perro por no buscar explosivos
Lulu, una cachorro que estaba entrenando para detectar exposivos, fue cesada después de varias semanas de entrenamiento.
La CIA emitió un comunicado donde señala “tristemente” que Lulu no mostró señales de estar interesada en detectar los olores que le instruyeron, pese a semanas de entrenamiento.
Para los entrenadores de la agencia es importante el bienestar físico y mental de sus perros, por eso es primordial que los animales disfruten de las tareas a las que son asignados, por lo que al ver el poco interés que Lulu mostraba, consideraron que su vida no era detectar explosivos. Ese fue el motivo por el que fue eliminada de la clase “Clase de Cachorro Otoño 2017”.
Igual que cuando los humanos estudian, los perros también llegan a tener buenos y malos días cuando aprenden algo nuevo. Un cachorro puede actuar perezoso o mostrar indiferencia por lo que se le está enseñando en un momento, pero, por lo general, dura un día, tal vez dos.
Con Lulu quedó claro que el problema no era temporal, ella ya no estaba interesada en buscar explosivos. Podían motivarla con comida, pero las señales eran claras de que no disfrutaba más esa tarea.
La CIA afirmó en su comunicado que ahora ella es feliz jugando con niños y persiguiendo liebres, pues fue adoptada por su entrenador.
Los perros son entrenados para muchas actividades, pueden detectar explosivos, como Lulu, drogas, cáncer, ayudan en labores de rescate, sirven como animales de protección además de ayudar a personas con discapacidades, ¿pero desde cuando hacen compañía al hombre?
El origen de esto se pierde en el tiempo, muchos investigadores han llegado a la conclusión de que el lobo es probablemente el ancestro salvaje del perro doméstico.
Es probable que los lobos buscaran restos de comida en las cercanías de los antiguos campamentos humanos. Quizá se les tolerara al principio, pero después se les aceptaba gracias a que permanecían en guardia y ahuyentaban a los merodeadores y a otras amenazas nocturnas.
Cuando la relación se fortaleció, el papel del antepasado del perro probablemente se extendió poco a poco de guardián a compañero en las excursiones de caza.
Los lobos son animales que cazan en manada, coordinando sus esfuerzos para hallar, perseguir y abatir a la presa. La buena voluntad y la capacidad del perro para responder a las demandas de la cacería fortaleció sus nexos con los hombres. Un lobo quedaba domesticado cuando transfería su lealtad a los seres humanos.
Prácticamente todas las razas de perros eran determinadas según la tarea que realizaban, su lealtad, sentido de cooperación y parecido con sus ancestros. En el siglo XIX surgió una nueva actividad de recreo: la exposición canina, y hoy día hay cerca de 400 razas reconocidas por clubes de criadores de todo el mundo.
Casi todas las razas son el resultado del desarrollo de habilidades instintivas para cuidar o cazar: los pointers y los setters muestran la presa al cazador, los perros perdigueros la recogen una vez que ha sido abatida, los sabuesos rastrean y acorralan hasta que el cazador llega y la derriba. Los galgos la persiguen en campo abierto, mientras que los terriers penetran en los matorrales para obligarla a salir.
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Los doberman cuidan las propiedades; los collies y otros perros de trabajo cuidan los rebaños; los huskies tiran de los trineos, e incluso a los perros de juguete, como el chihuahua, el poodle y el pequinés, se les considera valiosos para advertir cuando alguien se introduce en la casa.
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