¿Por qué la gasolina sin plomo tiene ese olor?
La experiencia es memorable: usted se encuentra esperando el autobús y, de repente, percibe un olor como de huevos podridos. O conduce calle arriba detrás de otros autos y otra vez está presente ese...
La experiencia es memorable: usted se encuentra esperando el autobús y, de repente, percibe un olor como de huevos podridos. O conduce calle arriba detrás de otros autos y otra vez está presente ese olor. Se dice que la causa es la gasolina sin plomo, pero ¿a qué se debe ese olor y qué se puede hacer al respecto?
Hay dos razones principales: el convertidor catalítico del automóvil y el azufre de la gasolina. Sin un convertidor de este tipo, los gases de escape del vehículo tendrían un alto contenido de monóxido de carbono que, en grandes cantidades, es un gas mortal.
El convertidor catalítico, artefacto anticontaminante que se instala en el tubo de escape, cerca del múltiple, transforma el monóxido de carbono en bióxido de carbono y elimina los hidrocarburos no quemados y los óxidos de nitrógeno que producen el smog fotoquímico.
La gasolina, con o sin plomo, contiene azufre, ya existente en el petróleo crudo y que resulta difícil de eliminar por completo con la refinación. Al ocuparse del monóxido de carbono, el convertidor catalítico convierte el azufre en sulfuro de hidrógeno, el gas que contienen los huevos podridos.
Quizá resulte extraño que, aunque durante décadas han transitado por las carreteras vehículos que queman petróleo, nunca antes hayamos percibido ese olor. Ello se debe a que los vehículos no tienen un convertidor catalítico: el plomo que contienen los destruiría con rapidez.
Los ingenieros automotrices tienen una respuesta, y por supuesto todo tiene un precio. La supresión del convertidor catalítico aumentaría la contaminación; no obstante, las ventajas que proporciona la conversión de monóxido de carbono en bióxido de carbono es cuestionable: se arroja a la atmósfera mayor cantidad de bióxido de carbono, gas que causa el efecto de invernadero.
Se podría prohibir la venta de gasolina que contiene azufre; pero para producir gasolina libre de azufre, las compañías petroleras necesitarían instalar nuevo y costoso equipo en las refinerías. Todos pagaríamos el costo de gasolina más cara.
Podrían mejorarse los motores de manera que los convertidores catalíticos no generaran sulfuro de hidrógeno, lo que en teoría también es posible. Quizá haya usted observado que el olor a huevos podridos no se produce todo el tiempo; se debe a que el convertidor catalítico elabora sulfuro de hidrógeno sólo cuando el auto se está “saturando”, es decir, quema una mezcla de combustible con alto contenido de petróleo.
Esto suele ocurrir cuando se acelera. Es posible diseñar autos que corran bien con una mezcla magra y evitar la producción de sulfuro de hidrógeno; pero los fabricantes afirman que esto redundaría en el precio de los autos.
Como otra opción, podría inventarse un convertidor catalítico que no produjera sulfuro de hidrógeno, lo que, de igual manera, incrementaría el precio de los autos. Las buenas noticias de todo esto es que el sulfuro de hidrógeno quizá apeste, pero en poca cantidad no es nocivo, y ciertamente es preferible a los gases de escape que contienen plomo altamente tóxico.