Que las mujeres vivan más que los hombres no es una novedad, pero la brecha nunca había sido tan amplia como ahora. Según un análisis reciente de Harvard Health, en Estados Unidos las mujeres superan a los hombres por casi seis años de esperanza de vida, la distancia más grande registrada desde 1996. Mientras ellas alcanzan, en promedio, los 81 años, ellos apenas superan los 76.
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Un estudio publicado en JAMA Internal Medicine, respaldado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), analizó a fondo las causas detrás de esta diferencia.
Y aunque influyen factores biológicos, los hábitos de autocuidado, prevención y atención médica desempeñan un papel clave, especialmente en la vida adulta.
A continuación, te explicamos —de forma clara y basada en evidencia— cuáles son los factores que afectan más a los hombres y qué conductas de las mujeres podrían ayudar a mejorar la longevidad masculina.
1. Enfermedades cardíacas y diabetes: dos riesgos que golpean más a los hombres
Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte masculina, y según Harvard Health, los hombres tienen un riesgo significativamente mayor de padecerlas hasta después de los 75 años. La diabetes también pesa en esta ecuación, y ambas condiciones están estrechamente relacionadas con el aumento de peso.
Aunque las tasas de obesidad son similares entre hombres y mujeres, el estudio muestra que las mujeres tienden a prevenir más, controlando su peso y adoptando antes medidas médicas y alimentarias.
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2. Cáncer de pulmón: el tabaquismo sigue siendo decisivo
Otra diferencia importante surge en el cáncer de pulmón, impulsado principalmente por el tabaquismo. En 2021, el 13,1% de los hombres fumaba, frente al 10,1% de las mujeres.
El informe indica que ellas, aunque enfrentan más dificultad para dejar de fumar, lo intentan más veces y durante períodos más prolongados. En cambio, ellos suelen mantener el hábito durante más años, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón y otras enfermedades respiratorias.
3. Melanoma: ellos se cuidan menos la piel
El melanoma, el cáncer de piel más agresivo, afecta de manera desigual. Los hombres tienen casi el doble de probabilidades de morir por esta causa que las mujeres.
Una parte de la explicación es sencilla:
- ellas usan más protector solar,
- se realizan chequeos dermatológicos con mayor regularidad,
- y consultan al médico ante la mínima lesión sospechosa.
La detección temprana puede salvar vidas. Y aquí, nuevamente, las mujeres llevan la delantera.
4. Salud mental: ellos piden menos ayuda
Aunque las mujeres reportan tasas más altas de depresión, los hombres presentan tasas de suicidio notablemente superiores, especialmente entre los 55 y 64 años, donde la cifra es ocho veces mayor que la de las mujeres del mismo grupo de edad.
Los especialistas destacan que muchos hombres se enfrentan al estigma de “ser fuertes”, lo que los lleva a no expresar vulnerabilidad, evitar conversaciones sobre salud mental o no buscar tratamiento.
Además, la depresión puede manifestarse de forma distinta:
- en mujeres, suele aparecer como tristeza o ansiedad;
- en hombres, como irritabilidad, abuso de sustancias o conductas de riesgo.
Estos síntomas, al pasar desapercibidos, retrasan el diagnóstico y el tratamiento.
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5. ¿Qué hacen mejor las mujeres? Autocuidado, prevención y constancia
El informe señala que las mujeres tienden a involucrarse más en prácticas de salud que favorecen la longevidad, entre ellas:
- seguir dietas basadas en plantas,
- participar en programas de pérdida de peso,
- acudir antes al médico,
- usar medicación prescrita,
- realizarse chequeos preventivos,
- y buscar ayuda profesional para la salud mental.
En palabras del investigador Alan Geller, de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard:
“En muchos casos, las mujeres son mejores que los hombres al atender ciertas necesidades de salud que contribuyen a una mayor longevidad”.
6. Cómo cerrar la brecha de longevidad: recomendaciones clave para los hombres
Los expertos coinciden en que la brecha puede reducirse si los hombres adoptan hábitos que ya funcionan bien en las mujeres:
- Priorizar chequeos médicos: Acudir al médico ante los primeros síntomas y mantener controles de rutina.
- Atender la salud mental: Romper el estigma, hablar de lo que se siente y pedir apoyo profesional.
- Ajustar la alimentación: Elegir más alimentos de origen vegetal, controlar el peso y vigilar el azúcar en sangre.
- Dejar el tabaco: Buscar programas, apoyo y estrategias personalizadas para dejar de fumar.
- Cuidar la piel: Usar protector solar diario y realizar revisiones dermatológicas regulares.
- Involucrarse activamente en su autocuidado: La constancia es clave: pequeños cambios mantenidos en el tiempo tienen gran impacto.
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Conclusión
Las mujeres viven más que los hombres no solo por biología, sino también porque han adoptado hábitos de prevención y autocuidado que hacen una diferencia real en su salud.
La buena noticia es que estos comportamientos pueden aprenderse y replicarse.
La longevidad masculina puede mejorar significativamente si los hombres se permiten pedir ayuda, hacerse chequeos, cuidar su bienestar emocional y adoptar estilos de vida más saludables.
Las herramientas están ahí: falta dar el paso.