En el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), la temporada de lluvias no es solo un problema para quienes llegan en auto. Las tormentas eléctricas representan un riesgo directo para aviones, tripulación y pasajeros. Cuando hay rayos cerca de las pistas, el personal suspende toda actividad en tierra para evitar accidentes, incluso si el avión ya está listo para despegar.
Un solo retraso por tormenta puede afectar hasta 20 rutas distintas, sobre todo si involucra vuelos de conexión. Es como una fila de fichas de dominó: una se cae… y todo el itinerario cambia.
La seguridad antes que la prisa
Las aeronaves cuentan con sistemas para volar bajo lluvia, pero el peligro está en tierra. El reabastecimiento de combustible, la carga de equipaje y el movimiento de pasajeros se detienen ante cualquier alerta eléctrica.
Además, la visibilidad reducida y los vientos fuertes complican las maniobras de aterrizaje y despegue. Esto puede provocar retrasos de más de 120 minutos o cancelaciones definitivas.
¿Sabías que los maleteros se resguardan por seguridad?
Cuando hay actividad eléctrica, el trabajo en plataforma se detiene. Los maleteros, personal de abordaje y operadores de combustible se refugian hasta que el clima mejora. Esto puede generar retrasos de hasta 120 minutos, pero es una medida esencial para evitar riesgos.
Cómo viajar preparado en temporada de lluvias
Si vuelas en estos meses, revisa el pronóstico del clima y descarga la aplicación de tu aerolínea para recibir alertas en tiempo real. Evita escalas ajustadas, lleva ropa cómoda y considera un seguro de viaje que cubra retrasos. Estos pequeños pasos pueden hacer la diferencia entre una espera incómoda y una experiencia más llevadera.
Las tormentas en la CDMX pueden frenar la puntualidad, pero también recuerdan que la seguridad es lo primero. Con información y paciencia, incluso un retraso puede convertirse en una oportunidad para descubrir historias inesperadas en el aeropuerto.