En México, más de 6 millones de hombres viven con depresión, ansiedad o estrés crónico, pero menos del 30% busca ayuda profesional, según datos del Instituto Nacional de Psiquiatría.
¿Por qué? Porque aún persiste una idea errónea: que los hombres deben ser fuertes, callar el dolor y seguir adelante.
La salud mental de los hombres ha sido históricamente ignorada, incluso por ellos mismos. Desde pequeños, muchos escucharon frases como “los hombres no lloran” o “aguántate como hombre”, mensajes que se convierten en un muro contra la vulnerabilidad y el autocuidado.
El costo del silencio
Las consecuencias de este silencio son graves. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los hombres tienen casi el triple de riesgo de suicidio que las mujeres. También presentan más problemas de abuso de alcohol, irritabilidad crónica, insomnio y enfermedades cardiovasculares relacionadas con el estrés.
El psicólogo clínico Dr. Luis Dorado, especialista en salud masculina, explica que “los hombres tienden a expresar la depresión de forma distinta: no lloran ni se aíslan, sino que se irritan, se aíslan emocionalmente o se vuelven más impulsivos. Por eso muchos casos pasan desapercibidos”.
Día Mundial de la Salud Mental: un recordatorio para todos
Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para recordar que el bienestar emocional es un derecho universal.
Este año, el mensaje es más claro que nunca: no hay salud si no hay salud mental.
Aunque esta nota pone el foco en los hombres, el autocuidado emocional es una necesidad de todas las personas, sin importar edad, género o contexto.
Reconocer las emociones, pedir ayuda y hablar abiertamente del bienestar mental no solo previene trastornos, también fortalece nuestras relaciones, productividad y calidad de vida.
Romper el estigma: el primer paso hacia el bienestar
Hablar de la salud mental de los hombres no es una señal de debilidad, sino un acto de valentía y autoconocimiento. Reconocer que algo no está bien es el inicio del cambio.
Algunas estrategias efectivas para empezar:
Normalizar la conversación. Hablar con amigos o familiares sobre emociones y estrés puede aliviar la carga.
Buscar ayuda profesional. Psicólogos, psiquiatras y terapeutas ofrecen herramientas para gestionar emociones y prevenir crisis.
Practicar autocuidado. Dormir bien, hacer ejercicio y limitar el alcohol son pilares de la estabilidad mental.
Tener rutinas de bienestar. Espacios como la meditación o el mindfulness ayudan a reconectar con uno mismo.
Nuevas generaciones: cambiando la narrativa
Aunque el tabú persiste, las nuevas generaciones están rompiendo el molde. Cada vez más hombres jóvenes hablan abiertamente de sus emociones en redes sociales, buscan terapia o practican autocuidado sin miedo al juicio.
El acceso digital también ha sido clave: plataformas de telepsicología y comunidades en línea ofrecen apoyo confidencial y accesible para quienes dan su primer paso hacia la ayuda profesional.
“Ver a otros hombres compartir su experiencia inspira a muchos a buscar ayuda. Eso está salvando vidas”, afirma la psicoterapeuta Mariana Ortega, experta en masculinidades y bienestar emocional.
Cómo acompañar a un hombre que atraviesa un problema emocional
Muchas veces, los hombres no buscan ayuda porque sienten que nadie los entenderá. Si tienes un amigo, hermano o pareja en crisis, esto puede marcar la diferencia:
Escucha sin juzgar.
Evita frases como “échale ganas”.
Anímalo a pedir ayuda profesional.
Recuérdale que sentir no lo hace débil, lo hace humano.
Cuidar la mente también es parte de ser fuerte
Cuidar la salud mental de los hombres no significa renunciar a la fortaleza, sino redefinirla.
El verdadero valor está en aceptar la vulnerabilidad, hablar de lo que duele y buscar ayuda antes de que sea tarde.
Romper el silencio es un acto de amor propio. Y ese es el primer paso para construir una vida más plena, equilibrada y auténtica.