Quizá te hayas planteado la siguiente pregunta: ¿por qué, a pesar de nuestra exploración del espacio, no podemos explorar tan a fondo las profundidades del océano? Bueno te platicamos un poco del por qué pasa esto.
De acuerdo a un artículo publicado en el portal de CNN, a pesar de que el ser humano lleva decenas de miles de años explorando la superficie del océano, hasta ahora solo se ha cartografiado un 20% del fondo marino, según cifras de 2022 de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Además, los investigadores suelen decir que viajar al espacio es más fácil que sumergirse en el fondo del océano. Mientras que 12 astronautas han pasado un total colectivo de 300 horas en la superficie lunar, solo tres personas han dedicado unas tres horas a explorar Challenger Deep, el punto más profundo conocido del fondo marino de la Tierra, según la Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI).
El océano es un lugar vasto y misterioso, que cubre más del 70% de la superficie de la Tierra. Sin embargo, la mayor parte del océano aún es inexplorada, ya que el fondo del mar es un lugar extremadamente desafiante para explorar.
Una de las principales razones es la presión. La presión del agua aumenta a medida que se desciende, y puede llegar a ser muy alta en el fondo del océano. La presión en el fondo del Challenger Deep, el punto más profundo del océano, es de aproximadamente 11.000 atmósferas, que es equivalente a 1.000 veces la presión atmosférica normal. Esta presión es tan alta que podría aplastar a un humano como si fuera una cáscara de huevo.
Otra razón por la que no podemos llegar al fondo del océano es la oscuridad. El fondo del océano está muy oscuro, ya que la luz del sol no puede penetrar a estas profundidades. Esto dificulta la navegación y la exploración del fondo del océano.
Hay corrientes fuertes, temperaturas frías y animales peligrosos que viven en el fondo del océano. Estos factores hacen que la exploración del fondo del océano sea todo un desafío.
La comunicación en tiempo real con los equipos de superficie puede ser difícil debido a la falta de señal de radio y las limitaciones de transmisión de señales bajo el agua. Esto puede afectar la capacidad de respuesta en caso de emergencias y aumentar los riesgos asociados con la exploración submarina.
Debido a estos desafíos y riesgos, la exploración del fondo del mar requiere una planificación cuidadosa, equipos especializados, capacitación adecuada y medidas de seguridad rigurosas para garantizar la seguridad de los exploradores y minimizar los impactos negativos en el entorno submarino.
El primer submarino fue construido en 1620, pero solo podía navegar en aguas poco profundas. Fue hasta casi 300 años después, tras el desastre del Titanic, que la tecnología del sonar permitió a los científicos explorar las profundidades del océano.
En 1960, el batiscafo Trieste alcanzó una profundidad de 10.916 metros en la fosa de las Marianas, el punto más profundo de la Tierra. Esta inmersión fue un hito en la exploración humana, pero también demostró lo peligroso que es viajar a tales profundidades.
La presión del agua aumenta en una atmósfera por cada 10 metros de profundidad. Por lo tanto, la presión en la fosa de las Marianas es equivalente a la de 50 aviones jumbo. Esta presión es tan alta que puede causar daños estructurales catastróficos en un buque.
La inmersión del Trieste en 1960, que transportaba a los pasajeros Jacques Piccard y Don Walsh, también sorprendió a los científicos al revelar la existencia de vida en las profundidades del océano. Esto cambió fundamentalmente la percepción de que el océano era un lugar deshabitado y hostil.
Mientras que lo que se considera el océano profundo se extiende de 1.000 a 6.000 metros bajo la superficie, las fosas marinas profundas pueden sumergirse hasta 11.000 metros, según Woods Hole Oceanographic Institution de Massachusetts. Esta región, denominada zona hadal o hadalpelágica, recibe su nombre de Hades, el dios griego del inframundo. En la zona hadal, las temperaturas están justo por encima del punto de congelación y no penetra la luz del sol.
Los científicos pudieron demostrar por primera vez la existencia de vida por debajo de los 6.000 kilómetros en 1948, según la institución.
Los descubrimientos en las profundidades del Challenger Deep han sido notables, incluidos afloramientos rocosos “vibrantemente coloridos” que podrían ser depósitos químicos, anfópodos supergigantes parecidos a camarones y holoturios, o pepinos de mar, que viven en el fondo.
Los científicos están utilizando nuevas tecnologías para explorar el fondo del océano. Estas tecnologías incluyen robots submarinos autónomos, sonar de alta resolución y sensores remotos.
Estos avances están permitiendo a los científicos estudiar el fondo del océano con mayor detalle que nunca antes. Se están descubriendo nuevas especies y hábitats, y se están aprendiendo más sobre la historia y la evolución del océano.
¿Qué te parece? Ahora ya sabes las razones de por qué es más difícil explorar el océano que el espacio.
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