En la vida, todo se puede explicar con manzanas, así que te contamos la historia detrás de este homenaje que rendimos año con año a quienes fueron nuestros mentores.
Todos tenemos una maestra o maestro que llevamos en el corazón, y es que los maestros son pilares de la cultura y educación de nuestro país, por ello, desde hace 105 años los celebramos.
El presidente Venustiano Carranza decretó este día como “El Día del Maestro” de manera oficial el 3 de diciembre de 1917, haciéndose efectivo el 15 de marzo de 1918.
La elección de esa fecha es gracias a que la fiesta de San Juan Bautista de La Salle coincidía con el aniversario de la toma de Querétaro, suceso que marcó la caída del Segundo Imperio Mexicano comandada por Maximiliano de Habsburgo, y se consolidó la República en México.
Costumbre griega
La relación de una manzana y un maestro es tan natural, ya que durante años hemos dejado una manzana en el escritorio del profesor.
Regalarla tiene un significado especial, pues es símbolo de sabiduría.
De hecho, la costumbre de regalar manzanas viene desde la antigua Grecia, donde esta fruta estaba asociada a la sabiduría y el ofrecérsela al maestro como un regalo era una retribución por la educación recibida.
También es cierto que en la Biblia ya se habla de la manzana como fruta que representaba el conocimiento; esta fruta, recordemos, es la que comieron Adán y Eva.
Hay otra teoría que sitúa el origen de la tradición en el norte de Europa, hacia el siglo XVII, donde algunas familias de agricultores que no podían pagar la educación de sus hijos compensaban a los profesores con manzanas. Esta práctica se extendió a Estados Unidos.
En México, para el ciclo escolar 2018-2019, el Sistema Educativo Nacional contaba con 2,100,277 maestros, de los cuáles 58.3 por ciento pertenecía a la educación básica, 20 por ciento a educación media superior y 19.7% por ciento a educación superior.
Si bien el regalo de una manzana puede parecer un gesto simple, encierra un profundo significado. Es una forma de expresar aprecio por el arduo trabajo de los maestros y por el impacto que tienen en nuestras vidas. Ya sea que se trate de una tradición arraigada o de un gesto espontáneo, regalar una manzana a un maestro es una manera hermosa y simbólica de decir “gracias”.
Ustedes, ¿le daban manzanas a sus maestros?
