¿Por qué regresan los búmerangs?
Hace 15,000 años, los aborígenes australianos usaban búmerangs para cazar animales, pájaros y lagartos. Ese tipo de armas, hechas de madera dura y pesada, volaban con dificultad y en línea recta, por lo que no regresaban a quien las lanzaba.
Luego, los nativos descubrieron que otros búmerangs, en forma de plátano, trazaban un vuelo curvo; si estaban hechos correctamente y se lanzaban bien, regresaban a su punto de partida. Lanzar y atrapar se convirtió entonces en un deporte.
No es necesario que los búmerangs tengan forma de plátano para trazar una curva mientras vuelan. Algunos trozos de madera en forma de T, V, X o y también lo hacen. La clave reside en que cada rayo o pata debe estar, en el cruce, curvo de un lado y plano del otro. Con esta forma, los búmerangs se comportan como las alas de un avión.
Cuando se arroja correctamente, el búmerang regresa a 100 km/h. Gira velozmente, casi 12 veces por segundo, de forma que sus patas o alas lo levantan. Si se sostiene casi vertical y se lanza, el búmerang se comporta como aeronave y giroscopio a la vez, desarrollando complejos patrones de vuelo que sólo la física y la aerodinámica pueden explicar.
Durante el vuelo, el búmerang es inestable. Su acción giratoria hace que, si tiene forma de V, el ala derecha vaya hacia la izquierda y luego se mueva en dirección opuesta. Cuando el ala derecha se mueve hacia adelante, está más elevada. La inestabilidad, con el ala derecha constantemente más elevada que la izquierda, lo inclina hacia ese lado.
La acción giratoria, así como la fuerza de la parte superior, hace que el búmerang tienda a desplazarse en línea horizontal. El resultado es que si se le arroja fuertemente con la mano derecha se disparará hacia arriba al principio, y después se nivelará, curvándose hacia la izquierda antes de girar lentamente hacia la derecha. Al oscilar hacia la izquierda en una amplia onda, regresará al que lo lanzó. Si lleva fuerza suficiente y no es agarrado por quien lo lanzó, el búmerang realizará una elaborada figura en forma de 8.
El mundo y sus porqués