¿Por qué rompen las olas?
¿Por qué rompen las olas? En las costas arenosas es un placer contemplar las olas que rompen una tras otra en espumosa marejada. Este incesante embate se produce porque las olas cambian de forma...
¿Por qué rompen las olas?
En las costas arenosas es un placer contemplar las olas que rompen una tras otra en espumosa marejada. Este incesante embate se produce porque las olas cambian de forma al avanzar sobre aguas poco profundas.
Cuando llegan a una zona en que la profundidad del agua apenas alcanza la mitad de la distancia entre las crestas, las olas se hacen más lentas, más altas y profundas y comienzan a encresparse. En un punto crítico ?cuando la altura de la cresta equivale a tres cuartas partes de la profundidad del agua que hay debajo de ella, la ola ya no puede mantener su forma y se derrumba originando la rompiente. Deshecha en espuma, sube entonces por la playa formando una capa de agua; parte de ésta penetra en la porosa arena y el resto vuelve hacia el mar. El proceso se repite inmediatamente con la siguiente ola.
¿Es realmente peligrosa la resaca?
Los científicos no han hallado aún pruebas de la existencia de esas supuestas y fatales corrientes submarinas capaces de arrastrar a los nadadores desprevenidos mar adentro por debajo de las olas. La resaca, que no es más que el retroceso de una ola rompiente, puede tener fuerza suficiente para derribar a una persona y arrastrarla, pero no puede llevarla más allá de la próxima ola que avanza.
Lo que sucede es que mucha gente llama resaca a las corrientes de retroceso, que sí constituyen un peligro verdadero. Estos estrechos canales de agua, que se alejan rápidamente de la costa, se presentan a veces a lo largo de las playas arenosas. Se forman cuando las olas y las corrientes paralelas a la costa hacen que el agua se acumule en la orilla con más rapidez de lo que tarda en volver hacia el mar. A la larga se amontona tanta agua que termina abriendo un canal en la barra, y la poderosa corriente se precipita al mar en un ángulo más o menos recto con respecto a la orilla.
Pocos nadadores pueden luchar contra la fuerza de una corriente de retroceso. Lo mejor, en caso de quedar atrapado en una de ellas, es nadar paralelamente a la costa. Como estas corrientes suelen ser muy estrechas, el nadador se encontrará pronto en aguas más tranquilas.
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