¿Por qué se equivoca el autocorrector?: La verdad detrás de sus fallos absurdos

Cuando conversamos, la intuición nos ayuda a entender a los demás. Si un amigo nos dice: “¿Me pasas la…?” mientras mira al salero, no necesitamos más para saber que quiere la sal. Nuestro cerebro procesa el contexto, las palabras y los gestos para anticipar lo que se quiere decir.

El autocorrector intenta imitar esta habilidad con inteligencia artificial y procesamiento del lenguaje natural (PLN), pero a menudo falla de forma desternillante, sustituyendo “telepática” por “telemática” o “jobar” por “Jonathan”. ¿Por qué comete estos errores? La respuesta está en su lógica.

Lógica estadística vs. intuición humana

El autocorrector no entiende el lenguaje como nosotros. En lugar de una intuición, usa un modelo estadístico que calcula la probabilidad de que una palabra aparezca después de otra. Para ello, se basa en tres fuentes de “conocimiento”:

  • Diccionario interno: Un gran almacén de palabras y frases extraídas de libros, artículos y textos en línea.
  • Reglas lingüísticas: Un conjunto de reglas sintácticas que le ayudan a organizar las oraciones.
  • Historial del usuario: Los datos de tu escritura, que le permiten personalizar las predicciones.

A partir de esta información, el sistema anticipa la cadena de texto más probable. Aunque este método es eficiente, está lejos de la complejidad del cerebro humano, que usa el contexto de manera flexible.

El problema de las predicciones fallidas

Aunque el autocorrector aprende de tu uso personal, sigue siendo un trabajo complejo. Su principal reto es decidir qué palabra es la más adecuada según el contexto y la intención. Por ejemplo, aunque “casa” y “vivienda” son correctas, solo una es adecuada en un documento legal.

El autocorrector puede tener todas las palabras en su diccionario, pero no la competencia léxica para saber cuál elegir en cada situación.

Otro problema es que su lógica puede estar programada para evitar palabras malsonantes o preferir ciertas expresiones, lo que a menudo choca con lo que el usuario quiere escribir. Por esta razón, a veces tienes que corregir activamente lo que él sugiere.

Por qué recordamos más sus errores

Según un estudio, aunque el autocorrector acierta en la mayoría de las ocasiones, tendemos a recordar mucho más vívidamente sus errores graves.

Es una cuestión de psicología: un error memorable causa más frustración y se queda grabado en nuestra memoria, mientras que los aciertos pasan desapercibidos.

A pesar de estos fallos, la mayoría de los usuarios de iOS y Android afirman que el autocorrector mejora su eficiencia al escribir y les ayuda a reducir errores. Además, cuanto más lo usas, más aprende y más se personaliza, lo que mejora su rendimiento.

El límite de la inteligencia artificial

La competencia lingüística y comunicativa es, hasta ahora, una cualidad exclusivamente humana. Mientras que nuestro cerebro establece redes neuronales entre palabras y sus significados, el autocorrector no es más que un modelo matemático que opera a partir de patrones y reglas aprendidas.

Aunque las herramientas de inteligencia artificial seguirán mejorando, nunca serán infalibles. Siempre habrá una diferencia entre la gran disponibilidad de palabras de un software y la comprensión profunda y contextual que nos permite a los humanos entender lo que no se dice.

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