¿Por qué son tan importantes las abejas?
Si todas las abejas desaparecieran, en poco tiempo miles de plantas se extinguirían, lo que provocaría terribles hambrunas.
Cada 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas, para destacar la importancia de estos polinizadores cruciales y promover la conservación de sus especies. Y en este artículo, exploraremos el papel vital que desempeñan las abejas en nuestro ecosistema, cómo contribuyen a la biodiversidad, la agricultura y la producción de alimentos, y qué podemos hacer para protegerlas.
Las abejas son insectos amigables, curiosos, lindos. Admiramos su organización, solidaridad y trabajo. Son, junto con las hormigas, sociedades en las que de alguna forma podemos vernos reflejados.
Las abejas son criaturas increíbles que desempeñan un papel esencial en nuestro mundo, no sólo son productoras de ese líquido delicioso que sirve para aderezarnos la vida; la miel.
De cada tres comidas que consumen las personas, una es posible gracias a la existencia de las abejas. Cerca de una tercera parte de la producción global agrícola depende de la polinización animal, en buena medida ejecutada por las abejas.
Si todas las abejas desaparecieran, en poco tiempo miles de plantas se extinguirían, lo que provocaría terribles hambrunas. Es decir, muchos de los ingredientes que tenemos en la cocina se deben a que las abejas, polinizadoras por excelencia, vuelan de un lugar a otro, haciendo posible que nazcan plantas, árboles y vegetales.
La polinización es la transferencia de granos de polen de la parte masculina de una flor (antera) a la parte femenina (estigma) de otra o de la misma flor. Es un proceso ecológico de gran importancia. El resultado de la transferencia es la fecundación de la planta.
El nuevo cigoto formado contiene la carga genética de ambos padres con la que se formarán semillas, frutos y una nueva generación de plantas.
Hay que entender que la polinización, y no la producción de miel, es la labor más importante de las abejas en el ecosistema planetario. ¿Por qué? Bien: básicamente porque el grueso de los integrantes del reino animal, en parte nosotros incluidos, tenemos una alimentación vegetariana.
Los animales carnívoros, en parte nosotros incluidos, necesitan que haya otros animales, regularmente los herbívoros. Pero sin la existencia de éstos, sin la existencia de plantas y vegetales, simplemente nadie tendría qué comer.
Es por eso que el algoritmo de la alimentación sólo es posible siempre y cuando haya abejas, a pesar de que ni nosotros, ni los animales carnívoros ni los herbívoros, comamos literalmente abejas.
Actualmente, las abejas que se dedican a la polinización se encuentran en riesgo de extinción. Se piensa que la reducción en sus poblaciones se debe principalmente al uso masivo de pesticidas en los cultivos.
Estas sustancias tóxicas se adhieren a los insectos, quienes las llevan al panal y las dejan impregnadas en la cera, los propóleos y la miel. Cuando la cantidad de pesticidas que llegan con las abejas es considerable puede llegar a envenenar al panal completo, incluso a la abeja reina, sin la cual el panal se extingue.
Las abejas no son los únicos polinizadores del planeta:
Ya que la decisión de usar o no pesticidas en los cultivos no depende de ti, lo que puedes hacer es optar por productos orgánicos que no hacen uso de estas sustancias químicas.
Además, existen flores que puedes plantar en tu jardín para ayudarlas a tomar un descanso y obtener alimento. Entre ellas se encuentran la petunia, la amapola, la margarita, el clavel, el geranio, la rosa, la caléndula y el girasol.
Otra alternativa son las hierbas, como la menta, la lavanda, el romero, la albahaca y el tomillo, que además te serán de utilidad al cocinar y para preparar diferentes remedios caseros.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que veas una abeja no intentes matarla, pues ella juega un papel primordial en este mundo y si eres alérgico o no te gustan, intenta moverte del lugar sin alterarla.