¿Por qué suben y bajan las mareas? Cómo influyen la Luna y la Tierra
Dos veces al día, con regularidad previsible, el nivel del mar sube y baja alternativamente en la mayoría de las costas. ¿Pero cómo pasa?
Durante algo más de seis horas las mareas suben, o fluyen. Luego, durante el mismo tiempo, bajan, o refluyen.
El flujo y el reflujo de las mareas está gobernado principalmente por la fuerza gravitatoria de la Luna sobre la Tierra y, en grado menor, por la del lejano Sol.
Esta atracción determina que el agua del océano se acumule formando una protuberancia en la zona más próxima a la Luna; la fuerza centrífuga generada por la rotación de la Tierra sobre su eje origina otra protuberancia equivalente en el lado opuesto del globo.
Al avanzar estas protuberancias hacia la costa, el nivel del mar sube y forma el flujo de la marea; luego, desciende de igual forma.
La amplitud de las mareas varía en cada punto a lo largo del mes. Las mareas más altas, llamadas mareas vivas, se producen dos veces al mes, coincidiendo con las lunas nueva y llena, que es cuando el Sol y la Luna están en línea recta con la Tierra y su atracción gravitatoria se suma.
Las mareas más bajas o mareas muertas ocurren durante el cuarto creciente y el cuarto menguante, cuando el Sol y la Luna están en ángulo recto con la Tierra y sus atracciones se contrarrestan.
La diferencia entre la marea alta y la baja varía considerablemente según sea la forma de la cuenca oceánica y los contornos costeros, pero también influyen otros factores. En algunas zonas sólo hay una diferencia de 25 ó 50 centímetros; en otras es mucho mayor.
Las mareas de 10 a 12 metros son comunes en las costas de Inglaterra y de Alaska. La misma altura alcanzan en el estuario del Rance, en Francia, donde se han aprovechado para generar electricidad.
Pero las mareas extremas se registran en la bahía de Fundy, en Canadá, que es un entrante en forma de embudo entre Nueva Brunswick y Nueva Escocia.
En algunas partes de la bahía, el agua sube más de 15 metros en cada flujo.
Fuente: Los Porqués de la Naturaleza