¿Te levantas por la mañana sintiendo que no descansaste, a pesar de haber dormido suficientes horas? ¿Te cuesta concentrarte y mantener la energía durante el día? Si has experimentado estos síntomas, es posible que haya algo más allá de la falta de sueño. De acuerdo a Greatist, las posibles razones de por qué te siento cansado todo el tiempo y qué puedes hacer al respecto son las siguientes.
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Existen varias causas de somnolencia excesiva que van desde problemas de salud hasta factores del estilo de vida. A continuación, revisamos algunas de las más comunes:
El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una condición que afecta aproximadamente a un millón de personas en Estados Unidos, con una mayor prevalencia en mujeres. Los síntomas incluyen fatiga extrema, debilidad, problemas para dormir y la sensación de no estar completamente descansado, incluso después de dormir. Otros síntomas incluyen:
Las condiciones como el hipotiroidismo (cuando la tiroides no produce suficientes hormonas), la tiroiditis de Hashimoto y la enfermedad de Graves pueden causar fatiga. Incluso el hipertiroidismo (cuando la tiroides produce demasiadas hormonas) puede dificultar el sueño, lo que aumenta la fatiga. Las hormonas tiroideas juegan un papel clave en el metabolismo y los ritmos circadianos, por lo que cuando están desequilibradas, el cuerpo se ralentiza. Los síntomas de hipotiroidismo incluyen:
La anemia se produce cuando no tienes suficientes glóbulos rojos sanos. La deficiencia de hierro es la causa más común de anemia, y puede provocar una mala calidad del sueño. Aunque la anemia no siempre presenta síntomas, algunos de los más comunes incluyen:
La fibromialgia afecta a aproximadamente 4 millones de adultos en Estados Unidos. Esta condición provoca dolor generalizado, alteraciones del sueño y fatiga. Las personas con fibromialgia también pueden experimentar:
Reducir el dolor puede mejorar la calidad del sueño en personas con fibromialgia, ya que el dolor persistente tiende a interrumpir el descanso.
Las alergias estacionales, como la rinitis alérgica, no solo provocan estornudos y congestión, sino que también están asociadas con la fatiga y problemas para dormir. Un estudio de 2018 descubrió que durante la temporada de polen, las personas con alergias tenían más sueño y pasaban más tiempo en etapas profundas del sueño. Además, los antihistamínicos utilizados para combatir los síntomas alérgicos pueden provocar somnolencia.
Cuando estás enfermo, ya sea con gripe, resfriado o algún otro virus, es normal que tu cuerpo requiera más descanso. El sistema inmunológico influye en los patrones de sueño, y la calidad del sueño afecta la función inmunológica. La respuesta inflamatoria del cuerpo a las infecciones puede hacer que sientas la necesidad de dormir más o puede interrumpir tu sueño.
Los trastornos del sueño, como el insomnio, la apnea del sueño o el síndrome de piernas inquietas, pueden arruinar tu descanso. Algunos síntomas comunes de los trastornos del sueño incluyen:
Las enfermedades autoinmunes, como el lupus, la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide, causan inflamación en el cuerpo, lo que contribuye a la fatiga extrema. Dependiendo del tipo de trastorno, los síntomas pueden variar, pero la somnolencia es una queja común entre quienes padecen estas afecciones.
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La diabetes está estrechamente relacionada con los problemas de sueño. Un estudio encontró que más del 90% de las personas con diabetes tipo 2 informan tener problemas para dormir. Algunas razones pueden incluir:
La fatiga es un síntoma común en personas con enfermedades cardíacas, incluso en aquellas que no son conscientes de que tienen un problema cardíaco. En un estudio con personas diagnosticadas con enfermedades del corazón, el 40% informó fatiga varios días a la semana. La fatiga en combinación con síntomas como dolor en el pecho o dificultad para respirar es una señal de que debes consultar a un médico.
Durante el embarazo, es normal sentir una fatiga extrema debido a factores como la anemia, el insomnio y los cambios hormonales. Aunque no hay mucho que se pueda hacer para evitar la fatiga durante el embarazo, hablar con un médico puede ayudar a descartar complicaciones como la anemia.
Casi el 50% de las personas que menstrúan experimentan síndrome premenstrual, que puede incluir fatiga severa. Otros síntomas pueden ser:
Las deficiencias de vitaminas y minerales, como la vitamina B12, el magnesio y el zinc, pueden afectar tu nivel de energía. Los veganos y vegetarianos son más propensos a una deficiencia de vitamina B12, ya que esta vitamina se encuentra principalmente en productos de origen animal.
La deshidratación también puede ser una causa de fatiga. Si has estado evitando el agua, es hora de beber más. Los síntomas de deshidratación incluyen:
El estrés crónico puede consumir una gran cantidad de energía. El cuerpo gasta recursos intentando calmar la inflamación y lidiar con los efectos del estrés, lo que contribuye al agotamiento. La tensión muscular, la falta de oxígeno adecuada y la activación continua del sistema nervioso pueden llevar a una fatiga constante.
Uno de los síntomas más comunes de la depresión es la falta de energía y el deseo constante de dormir. Otros síntomas pueden incluir una sensación persistente de tristeza, irritabilidad, falta de interés en actividades que antes disfrutabas y pensamientos de autolesión.
La ansiedad también puede interferir con el sueño, provocando insomnio. Los síntomas comunes de la ansiedad incluyen inquietud, dificultad para concentrarse y tensión muscular.
El trastorno bipolar puede alterar gravemente los patrones de sueño. Durante una fase maníaca, podrías experimentar una disminución en la necesidad de dormir, mientras que en una fase depresiva, podrías sentir la necesidad de dormir en exceso.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no solo afecta la concentración, sino que también puede causar agotamiento y problemas de sueño.
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Si te sientes constantemente cansado, hay varias estrategias que puedes probar para mejorar la calidad de tu sueño:
Si después de implementar estos cambios sigues sintiendo fatiga extrema, es importante consultar a un médico para descartar problemas de salud subyacentes. Estos pueden realizar pruebas para diagnosticar condiciones subyacentes y recomendar tratamientos adecuados. Una prueba de sangre simple puede detectar deficiencias de vitaminas o anemia que podrían estar causando tu fatiga.
Además, si el estrés o un trastorno de salud mental están afectando tu energía, la terapia cognitivo-conductual puede ser una herramienta útil para mejorar tu bienestar emocional y físico.
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