¿Recuerdas cuando podías dormir en posiciones imposibles sin sentir consecuencias? Con los años, eso cambió. Hoy, basta con pasar horas frente a la computadora para que empiece a doler el cuello, la espalda o las muñecas. Si trabajas muchas horas sentado, en casa o en la oficina, tu postura y la configuración de tu escritorio pueden marcar la diferencia entre sentirte bien… o vivir con molestias constantes. Así que aqui te contamos cuál es la postura correcta frente al escritorio.
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El Dr. Kenneth Palmer, cirujano ortopedista especializado en columna vertebral en Houston Methodist, explica por qué es tan importante mantener una buena postura, cómo alinear correctamente tu columna y qué errores comunes puedes estar cometiendo sin darte cuenta.
La postura adecuada comienza por entender cómo funciona tu columna. “La columna vertebral es el eje que conecta y sostiene todos los músculos importantes del cuerpo”, afirma el Dr. Palmer. “Cuando está alineada, los músculos trabajan de manera eficiente. Pero si está desalineada, los músculos se fatigan, se tensan y causan dolor”.
Una columna bien alineada ayuda a prevenir:
Estas recomendaciones también se aplican al estar sentado. Mantén la espalda recta, los pies tocando el suelo, los hombros relajados y el abdomen activo.
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Si tus manos apuntan al teclado pero tu cabeza gira hacia el monitor, estás forzando tu cuello.
Solución: Alinea monitor, teclado y ratón. Si usas dos pantallas, elige una como principal.
Elevar los hombros o flexionar los codos más de 90° puede provocar dolor en cuello, hombros y muñecas.
Solución: Ajusta la altura para que tus hombros estén relajados y las muñecas reposen suavemente.
Estar sentado por horas afecta la alineación de la columna, reduce la circulación y tensa piernas y espalda.
Solución: Alterna entre estar de pie y sentado. Haz pausas activas, mueve los pies y realiza estiramientos suaves.
Si ya ajustaste tu postura y tu espacio de trabajo, pero el dolor de cuello, espalda o muñecas continúa, acude con un especialista. Según el Dr. Palmer, puede tratarse de problemas como el síndrome del túnel carpiano o del túnel cubital, que deben ser evaluados por un ortopedista.
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