¿Has oído hablar del caldo de huesos y todas las bondades de esta elaboración? Es probable que sí, pues en los últimos años se ha convertido en una de las preparaciones de moda.
Se trata de una receta a partir de huesos de animales como res, pollo o cerdo que, de otro modo, quizás no son consumidas, pero contienen nutrientes interesantes. Por este motivo, se suponen algunos beneficios para la salud con su incorporación a la dieta habitual.
En este artículo, te guiaremos paso a paso en la preparación de un caldo de huesos casero, revelando sus sorprendentes beneficios y brindándote consejos para optimizar su sabor y textura.
Comenzamos por un truco para hacer nuestro caldo de huesos más sabroso y visualmente más apetitoso todavía con un color tostado. ¡Esto lo conseguimos horneando los huesos! ¡Vamos allá!
Lava bien todos los huesos que vayas a utilizar en tu caldo y colócalos sobre una bandeja para horno. Tuéstalos unos 30 minutos a 180ºC.
Pasa los huesos tostados a una olla grande y cúbrelos con el agua, que queden unos 5 centímetros de espacio en la parte superior de la olla. Agrega también el vinagre de sidra de manzana.
*Opcionalmente, puedes dejar reposar estos ingredientes en la olla, sin encender el fuego, durante unos 20-30 minutos para que el vinagre actúe sobre los nutrientes de los huesos haciéndolos más disponibles y se extraigan una mayor cantidad de minerales de los mismos.
Añade la sal y la pimienta (opcional) y, ahora, presta atención a los tiempos según la cazuela u olla que estés utilizando:
En caso de añadir verduras al caldo, incorpóralas durante la última hora de la cocción para que no amarguen su sabor. En nuestro caso, agregamos la cebolla (pelada, pero entera a poder ser), las zanahorias, el apio, los ajos y las hojas de laurel, pero son totalmente opcionales, hay quien hace el caldo sólo con los huesos, agua y vinagre.
Pasado el tiempo adecuado, cuela el caldo y déjalo enfriar. ¡Ya tendrías listo el caldo de huesos! En consejos y trucos os explicamos cómo conservarlo y en qué otras recetas podéis utilizarlo.
El caldo de huesos casero es una fuente invaluable de nutrientes que aportan sorprendentes beneficios para la salud, entre los que destacan:
Si bien no existe una dosis estándar que se deba consumir se recomienda tomar máximo un plato al día debido a que en exceso puede aumentar el colesterol.
Se puede consumir así o usarlo como caldo base para preparar las diferentes comidas del día, como el arroz, sopas y otros platillos.
Según los tiempos estipulados por la Food Safety, página web oficial del gobierno de los Estados Unidos, los caldos se pueden guardar tres o cuatro días en el refrigerador. Si no se va a consumir de forma breve, lo más recomendable es congelarlo. Así, puede aguantar entre 2 y 3 meses.
Con información de Mejor con Salud
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