¿Lo Sabías?

Prepara un caldo de huesos casero

¿Has oído hablar del caldo de huesos y todas las bondades de esta elaboración? Es probable que sí, pues en los últimos años se ha convertido en una de las preparaciones de moda.

Se trata de una receta a partir de huesos de animales como res, pollo o cerdo que, de otro modo, quizás no son consumidas, pero contienen nutrientes interesantes. Por este motivo, se suponen algunos beneficios para la salud con su incorporación a la dieta habitual.

En este artículo, te guiaremos paso a paso en la preparación de un caldo de huesos casero, revelando sus sorprendentes beneficios y brindándote consejos para optimizar su sabor y textura.

Caldo de huesos casero preparación

Ingredientes:

  • 1 kilo de huesos de res, pollo o cerdo (o una combinación de estos)
  • 2 cebollas grandes, peladas y cortadas a la mitad
  • 2 cucharadas de vinagre de manzana
  • 2 zanahorias grandes, peladas y cortadas en rodajas
  • 2 tallos de apio, cortados en trozos
  • 2 dientes de ajo, pelados y machacados
  • 1 manojo de perejil fresco
  • 2 hojas de laurel
  • Sal y pimienta al gusto
  • Agua (lo suficiente para cubrir los huesos por al menos 2 pulgadas)

Preparación:

Comenzamos por un truco para hacer nuestro caldo de huesos más sabroso y visualmente más apetitoso todavía con un color tostado. ¡Esto lo conseguimos horneando los huesos! ¡Vamos allá!

Lava bien todos los huesos que vayas a utilizar en tu caldo y colócalos sobre una bandeja para horno. Tuéstalos unos 30 minutos a 180ºC.

Pasa los huesos tostados a una olla grande y cúbrelos con el agua, que queden unos 5 centímetros de espacio en la parte superior de la olla. Agrega también el vinagre de sidra de manzana.

*Opcionalmente, puedes dejar reposar estos ingredientes en la olla, sin encender el fuego, durante unos 20-30 minutos para que el vinagre actúe sobre los nutrientes de los huesos haciéndolos más disponibles y se extraigan una mayor cantidad de minerales de los mismos.

Añade la sal y la pimienta (opcional) y, ahora, presta atención a los tiempos según la cazuela u olla que estés utilizando:

  • En olla rápida: 2 horas a fuego bajo.
  • En cazuela convencional: mínimo 6-8 horas a fuego mínimo (vigila que le falte líquido)
  • En olla de cocción lenta 24 horas (desespuma a las 5 o 6 horas).

En caso de añadir verduras al caldo, incorpóralas durante la última hora de la cocción para que no amarguen su sabor. En nuestro caso, agregamos la cebolla (pelada, pero entera a poder ser), las zanahorias, el apio, los ajos y las hojas de laurel, pero son totalmente opcionales, hay quien hace el caldo sólo con los huesos, agua y vinagre.

Pasado el tiempo adecuado, cuela el caldo y déjalo enfriar. ¡Ya tendrías listo el caldo de huesos! En consejos y trucos os explicamos cómo conservarlo y en qué otras recetas podéis utilizarlo.

Algunos beneficios del caldo de huesos

El caldo de huesos casero es una fuente invaluable de nutrientes que aportan sorprendentes beneficios para la salud, entre los que destacan:

  • Fortalece el sistema inmunológico: Rico en aminoácidos como la glicina y la prolina, el caldo de huesos estimula la producción de células inmunitarias y combate las infecciones.
  • Mejora la salud de las articulaciones: Contiene colágeno, glucosamina y condroitina, componentes esenciales para el cuidado de las articulaciones, previniendo la artritis y reduciendo el dolor articular.
  • Promueve la salud digestiva: El caldo de huesos contiene gelatina, que ayuda a mejorar la digestión, aliviar la acidez estomacal y fortalecer la mucosa intestinal.
  • Favorece la salud de la piel, el cabello y las uñas: El colágeno del caldo de huesos contribuye a mantener la piel hidratada y elástica, fortalecer el cabello y las uñas, y prevenir el envejecimiento prematuro.

¿Qué cantidad de caldo de huesos es recomendable consumir al día?

Si bien no existe una dosis estándar que se deba consumir se recomienda tomar máximo un plato al día debido a que en exceso puede aumentar el colesterol.

Se puede consumir así o usarlo como caldo base para preparar las diferentes comidas del día, como el arroz, sopas y otros platillos.

Según los tiempos estipulados por la Food Safety, página web oficial del gobierno de los Estados Unidos, los caldos se pueden guardar tres o cuatro días en el refrigerador. Si no se va a consumir de forma breve, lo más recomendable es congelarlo. Así, puede aguantar entre 2 y 3 meses.

Con información de Mejor con Salud

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