Cada Día Mundial del Corazón (29 de septiembre) es un recordatorio urgente: las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte global, cobrando cerca de 17.9 millones de vidas al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La buena noticia, como señalan los expertos, es que el 80% del riesgo está ligado a factores modificables.
Adoptar y mantener hábitos saludables es el primer y más importante paso. Aquí te explicamos cuáles son los factores de riesgo cardiovascular y las estrategias fundamentales para proteger tu salud del corazón.
Los principales factores de riesgo cardiovascular
La OMS divide los riesgos en comportamentales y condicionales. Sin embargo, en la actualidad, otros factores como la obesidad y el estrés han tomado un papel protagónico en la predicción de infartos y accidentes cerebrovasculares.
Riesgos conductuales y condicionales
Las conductas poco saludables son la raíz de la mayoría de los problemas cardíacos, ya que desencadenan condiciones que dañan el sistema cardiovascular:
- Dieta deficiente y sedentarismo: Llevan a condiciones como el sobrepeso y la obesidad, la hipertensión, la hiperglucemia (diabetes) y la hiperlipidemia (colesterol alto). La cardióloga Susana Ginestar señala a la obesidad como una “verdadera pandemia que multiplica los riesgos”.
- Tabaquismo y Alcohol: El tabaco afecta la elasticidad de las arterias, favorece la acumulación de placa y reduce el oxígeno en la sangre.
- Contaminación del Aire: Un factor relevante del entorno que también incide en la salud del corazón.
Factores emergentes: Estrés y sueño
El factor psicológico y el descanso son determinantes:
- Estrés Crónico y Depresión: Elevan la probabilidad de infarto y aumentan el riesgo de enfermedades coronarias.
- Insomnio: Quienes lo padecen tienen un 45% más de riesgo de desarrollar o morir por enfermedad cardiovascular en comparación con quienes duermen bien.
3 Pilares para prevenir enfermedades cardiovasculares
La estrategia integral recomendada por los especialistas se basa en la combinación de un estilo de vida consciente, el abandono del tabaco, y el control constante de la salud.
1. Adopta una dieta protectora del corazón
La nutrición es fundamental. Modelos como la Dieta Mediterránea y el plan DASH (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión) han demostrado ser altamente efectivos:
- Consume más: Frutas, verduras frescas, legumbres, cereales integrales, pescados y aceites saludables.
- Limita: Carnes rojas, azúcares refinados y productos ultraprocesados.
- Controla el Sodio: La recomendación básica es limitar el consumo diario de sodio a menos de cinco gramos.
2. Muévete y deja el t abaco
El ejercicio y el abandono del cigarrillo ofrecen beneficios inmediatos:
- Actividad Física: Los especialistas recomiendan al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado (caminar, nadar, bicicleta). Esta práctica ayuda a controlar el peso, regula la presión arterial y mejora el perfil lipídico (aumenta el colesterol bueno HDL y baja el malo LDL).
- Tabaquismo: El riesgo de enfermedad cardíaca comienza a descender tan solo un día después de dejar de fumar, y tras un año se reduce en un 50% (Mayo Clinic).
3. Gestiona el estrés y prioriza el sueño
Abordar la salud emocional beneficia directamente al corazón. Practicar actividad física, reducir la tensión y asegurar un descanso adecuado son medidas clave para mitigar la ansiedad y el estrés crónico.
La importancia de los chequeos médicos periódicos
La detección temprana es crucial. Es indispensable medir la presión arterial, el colesterol y la glucosa, especialmente en personas con antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular.
Como señala el Dr. Harlan Krumholz, de la Universidad de Yale: “La buena noticia es que conocemos los riesgos y cómo abordarlos“. La salud del corazón está en tus manos; el momento de implementar políticas de salud personalizadas es ahora.