Sabemos que fumar no es un buen hábito y además de los daños que ya conocemos que provoca el tabaquismo. También se asocia con un mayor riesgo de pérdida de audición desde la infancia hasta la edad adulta.
Se ha demostrado que los fumadores tienen, por lo menos, 70% más probabilidades de desarrollar pérdida de audición con los años, en comparación con los no fumadores.
Además, existe una correlación entre el número de cajetillas que una persona fuma por año y el grado de pérdida auditiva, pues se cree que esto se debe a los efectos nocivos del tabaco en los vasos sanguíneos y en el sistema nervioso central, que dañan los delicados mecanismos del oído interno.
Asimismo, si trabajas en un ambiente ruidoso y fumas, esto podría aumentar aún más el riesgo de pérdida auditiva.
“La exposición continua al ruido fuerte y la combinación con los efectos dañinos del tabaquismo pueden multiplicar el riesgo sobre la audición” comenta el Dr. Gonzalo Corvera, director del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C., organización médica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la salud auditiva con más experiencia en México.
Un estudio realizado en Gran Bretaña entre trabajadores expuestos a ruido laboral intenso reveló que el 18% de los que no fumaban presentaba algún grado de pérdida auditiva, en comparación con 64% de los que fumaban, agrega.
Existen otras circunstancias en las que se ha relacionado el tabaquismo con la pérdida auditiva.
Algunos estudios han encontrado que el tabaquismo pasivo, es decir, estar expuesto al humo del tabaco de otras persona, también puede aumentar el riesgo de pérdida auditiva, por lo que los no fumadores tienen el doble de posibilidades de desarrollar pérdida auditiva si viven con un fumador.
También se ha observado que los fumadores tienen más probabilidades de tener problemas de oído medio, como infecciones de oído que, a su vez, pueden contribuir a la pérdida auditiva.
Esto afecta más a los niños, por lo que los niños que viven en casas donde se fuma tienen más infecciones de oído medio y es más frecuente que requieran cirugía para colocar tubos de ventilación en sus oídos.
Asimismo, cuando llegan a la adolescencia, los niños que vivieron expuestos al humo de segunda mano tienen más probabilidades de presentar pérdida auditiva.
“Fumar durante el embarazo es también nocivo para la audición; se ha comprobado que los hijos de madres que fumaron en el embarazo tienen 3 veces más riesgo de presentar algún grado de pérdida en la adolescencia” destaca el Dr. Corvera.
La pérdida puede ser progresiva desde el nacimiento, indicando que el daño producido por fumar durante el embarazo se manifiesta a lo largo de los años.
En resumen, fumar tabaco se ha asociado con un mayor riesgo de pérdida auditiva relacionada con la edad.
Si además trabajas en un ambiente ruidoso, esto podría agravar aún más el riesgo.
Estos daños no son reversibles, por lo que debes tomar medidas para proteger tu audición: no fumes y usa protectores auditivos en entornos ruidosos.
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