Es importante estar al tanto de lo que se puede comer tu mascota en casa
La curiosidad típica de una mascota suele llevarlos a probar y comer cualquier cosa, pero aunque sea en nuestra casa puede ser un riesgo.
Los perros y gatos que actualmente nos acompañan son el producto de miles de años de coexistencia con nuestra especie; diez mil para los perros y cinco mil para los gatos (China). Gracias a esto, cada especie, a su manera, se ha adaptado a nuestra forma de vivir. Sin embargo habitar en un ambiente urbano, diseñado para satisfacer las necesidades humanas significa un sinnúmero de riesgos para tu mascota.
La curiosidad típica de una mascota joven, perro o gato, suele llevarlos a probar y comer cualquier cosa que les parezca interesante, donde los alimentos de nuestra mesa y los objetos dentro de casa representan riesgos cotidianos. Los productos que encabezan la lista de riesgos para ellos están en nuestra mesa y en segundo lugar, los productos de tela y plástico.
Son ingredientes que fácilmente encontramos en cualquier hogar y, ¿quién no ha pensado en darle un poquito de sabor a la comida de su mascota cuando no quiere comer, añadiendo caldo de pollo (condimentado con cebolla y ajo) a las croquetas? Estos condimentos contienen sustancias tóxicas inclusive para el humano.
Gracias a que nuestra talla es mayor y el metabolismo de nuestros glóbulos rojos diferente, es casi imposible que una persona sufra intoxicación por estos ingredientes (organosulfóxidos), pero la mayoría de los perros que nos acompañan actualmente son de talla pequeña y por lo tanto, están en riesgo mayor para ellos. (Así puedes saber si tu mascota se intoxicó por comer algo).
Estos compuestos se unen a la hemoglobina, que es la molécula encargada de transportar en la sangre el oxígeno captado en los pulmones, al resto del organismo, impidiendo el transporte de oxígeno y en casos graves, la ruptura masiva de los glóbulos rojos afectados (hemolisis).
Los efectos tóxicos visibles por la familia de la mascota se dan aproximadamente 3 días después de que la mascota consumió estos ingredientes, pudiendo manifestar depresión, palidez de las encías y orina de coloración naranja o roja. Cabe destacar que los gatos son 3 veces más sensibles a la intoxicación con estos ingredientes.
El chocolate es una golosina tan común, que, con cierta frecuencia deriva en la visita de un perro (en mucha menor frecuencia a un gato) al veterinario. Como se ha comentado, la toxicidad a los alimentos depende de la talla de la mascota y la cantidad ingerida del elemento tóxico. En el caso del chocolate, el contenido de cacao en el chocolate amargo es mayor que en el chocolate con leche.
Las sustancias contenidas en el cacao (teobromina y cafeína) son afines a las neuronas, corazón y aparato digestivo. La intoxicación por chocolate en los perros sensibles suele verse 4 horas después de que la mascota haya comido chocolate. En casos leves, el ejemplar manifiesta la diarrea y vómito y en los casos más desfavorables, convulsiones y la muerte del animal.
¿Quién pensaría que un inocente chicle puede lastimar a una mascota? Es fundamental tener cuidado con estas “golosinas”, ya que algunas de ellas tienen sustitutos de azúcar como el xilitol, altamente tóxico para los perros, causando vómito, disminución de niveles de glucosa en la sangre (hipoglicemia) y en casos graves desequilibrio y convulsiones.
Por otro lado, lejos de la mesa, los sitios de estacionamiento de los autos también son un sitio de riesgo, donde el anticongelante es el causante de intoxicaciones graves. La cantidad de anticongelante que puede ser tóxica para una mascota es tan pequeña que representa el máximo riesgo en comparación con todos los elementos mencionados anteriormente.
El daño causado por las sustancias que contiene este producto (etilenglicol), específicamente sus productos al ser metabolizado en él hígado, se centra en las vías urinarias, causando daño en los riñones de forma inmediata y se conoce como insuficiencia renal aguda, además de “piedritas” (cálculos) a largo plazo.
Si un perro vive cerca del espacio de estacionamiento de los autos, se puede sospechar que haya ingerido esta sustancia ante cambio de ánimo, que sucede aproximadamente una hora después de la ingesta de esta sustancia. Los perros y gatos son sensibles a estas sustancias.
En todos los casos anteriores, el consumo de estos ingredientes debe ser considerado por la familia de la mascota como una urgencia y acudir a un hospital veterinario.
Y por si fuera poco, una mascota con el juguete incorrecto puede derivar en problemas digestivos graves. Los cuerpos extraños alojados en el aparato digestivo de las mascotas son las causa número uno de cirugías en su aparato digestivo de las mascotas.
Botellas de plástico, agujas, hilos, telas, calcetines, ropa interior, pedazos de pelota. Como familia de un perro o gato activo, que le gusta husmear y llevarse todos los juguetes permitidos, o no, al hocico, se debe de poner atención ante cualquier evento de vómitos, decaimiento abrupto, falta de apetito y la ausencia de algún juguete o elementos que habitualmente disfrute nuestro compañero.
Es mucho más valiosa una visita “en vano” ante la sospecha de que una mascota se comió algo que no debía, a esperar y que sea demasiado tarde. Mientras más tiempo pase ante el diagnóstico de una oclusión por un “cuerpo extraño”, el tratamiento es menos eficaz y la vida de nuestros compañeros está comprometida.
Un sinnúmero de plantas pueden causar daño a nuestras mascotas si las ingieren; es por esto que vale la pena mantener cualquier flor lejos de su alcance. Los pastos, por el contrario, no suelen ser tóxicos pero son muy irritantes, motivo por el cual los perros y gatos vomitan después de ingerirlos. Además, son el vehículo ideal para que los huevos o larvas de parásitos continúen su ciclo de infección.
Si la automedicación puede llevar a una persona al hospital, “automedicar” a una mascota asegura su camino al hospital veterinario. Desinflamatorios como el naproxeno, diclofenaco, paracetamol y ácido acetil salisílico generan un daño en los aparatos digestivo y urinario que requieren atención inmediata. Desde úlceras gástricas hasta una disminución grave de la función del riñón (insuficiencia renal aguda).
En conclusión, es importante respetar las necesidades de alimentación específicas para nuestras mascotas y evitar que su conducta natural los ponga en riesgos innecesarios. Ellos están supeditados al ambiente en el que su familia los coloca, por lo tanto es una responsabilidad asegurar su comodidad y seguridad de su entorno.