Imagina no poder reconocer el rostro de tu mejor amigo, incluso después de años de amistad. O no recordar la cara de tu propio hermano cuando lo ves por la calle. Esta es la realidad para las personas con prosopagnosia, también conocida como “ceguera facial”, una condición neurológica que afecta la capacidad de reconocer y recordar rostros.
Esta afección puede ser congénita (presente desde el nacimiento) o adquirida tras una lesión cerebral, un accidente cerebrovascular o una enfermedad neurodegenerativa. Afecta entre el 1% y el 5% de la población adulta.
Jane Goodall, el actor Brad Pitt y el fallecido Oliver Sacks, neurólogo británico autor de “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, son algunos de los famosos que tienen prosopagnosia. Pitt ha hablado abiertamente sobre cómo le resulta difícil reconocer a las personas, incluso a quienes conoce bien.
“Las personas con la forma más grave de prosopagnosia pueden ver a su pareja [de lejos] en el supermercado y no reconocerla”, dice Joe DeGutis, neurocientífico cognitivo y codirector del Laboratorio de Atención y Aprendizaje de Boston, en el VA Boston Healthcare System de Estados Unidos; “es posible que confíen en exceso en el contexto”.
En otras palabras, es probable que reconozcan a su pareja cuando se despiertan a su lado por la mañana o cuando llegan a casa del trabajo. Pero puede que no los reconozcan en circunstancias inesperadas.
Las personas con prosopagnosia pueden presentar diferentes grados de dificultad para reconocer caras. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
La causa exacta de la prosopagnosia congénita aún se desconoce. Pero se cree que está relacionada con anomalías en el desarrollo del cerebro. La prosopagnosia adquirida puede ser causada por una lesión en la parte del cerebro responsable del procesamiento facial, como el área fusiforme facial.
No existe una prueba única para diagnosticar la prosopagnosia. Los médicos generalmente diagnostican la afección basándose en los síntomas del paciente. Y en pruebas neuropsicológicas que evalúan la capacidad de reconocimiento facial.
Por el momento no existe una cura para la prosopagnosia, pero hay tratamientos que pueden ayudar a las personas con esta afección a mejorar su capacidad de reconocer caras. Estos tratamientos incluyen:
La prosopagnosia no es una cuestión de falta de interés o atención. Las personas con esta afección genuinamente luchan por procesar y retener información facial. Esto puede afectar diversos aspectos de su vida, desde las relaciones interpersonales hasta el ámbito laboral.
Con información de National Geographic
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