Desayunar, almorzar y merendar adecuadamente no solo es fundamental para obtener la energía necesaria, sino también para contribuir a una dieta equilibrada y nutritiva.
No se puede subestimar la relevancia de las comidas diarias. Recientemente, diversas organizaciones han iniciado una campaña para destacar la importancia del desayuno, el almuerzo y la merienda, en un contexto donde los hábitos alimenticios se han visto alterados por un estilo de vida acelerado. Cada vez es más frecuente que las personas opten por saltarse estas ingestas o realizarlas de manera inadecuada.
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La tendencia actual muestra un descenso notable en el consumo de alimentos básicos, como carne y pescado, lo que evidencia la necesidad de reconsiderar nuestros hábitos alimentarios. Muchos consumidores se ven forzados a comer fuera de casa debido a la falta de tiempo durante la jornada laboral, lo que contribuye a que solo una pequeña parte de la población mantenga un consumo regular de comidas en el hogar.
En muchas ocasiones, la primera comida del día se reduce a una rápida taza de café, lo que limita el aporte energético necesario para comenzar la jornada. Estudios indican que un porcentaje significativo de niños solo consume una bebida en lugar de una comida equilibrada por la mañana.
A pesar de la creciente preocupación por mantener una dieta saludable, este compromiso aún no se traduce en prácticas alimentarias efectivas. Las estanterías de los supermercados ahora presentan una amplia gama de productos saludables, lo que refleja una evolución en la conciencia del consumidor. Sin embargo, aún existe confusión sobre lo que significa realmente una alimentación balanceada, tanto en casa como fuera de ella.
Para mejorar nuestra alimentación, la clave está en la planificación. Aprender de las estrategias de nuestros antepasados puede ser fundamental; tiempos específicos para diferentes comidas ayudan a organizar las compras y garantizar una dieta variada y equilibrada.
El desayuno, en particular, es esencial en cualquier régimen alimenticio saludable. Debe representar entre el 20-25% de nuestras necesidades nutricionales diarias y, a pesar de las limitaciones de tiempo, existen opciones rápidas y saludables que pueden facilitar la ingesta de los nutrientes necesarios.
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Por ejemplo, Martina Miserachs dietista-nutricionista y vicepresidenta de la Academia Española de la Nutrición y Dietética dice que al considerar un desayuno fuera de casa, es recomendable optar por frutas frescas, yogures naturales y granos integrales. En el hogar, el uso de pan integral congelado previamente cortado puede hacer que preparar un desayuno balanceado sea extremadamente sencillo y rápido. Aquí hay tres ideas que pueden elaborarse en menos de cinco minutos, ideales para comenzar el día con energía:
Estas ideas pueden complementarse con un puñado de frutos secos como almendras o nueces, junto a una bebida caliente, como café o té.
Es esencial recordar que, aunque algunas personas han debatido sobre el consumo de productos lácteos en la alimentación diaria, actualmente las recomendaciones basadas en evidencia científica continúan apoyando su inclusión, a menos que haya una alergia o intolerancia específica.
En resumen, organizar y priorizar nuestras comidas puede llevarnos a mejorar nuestra salud y bienestar general. Desayunar, almorzar y merendar adecuadamente no solo es fundamental para obtener la energía necesaria, sino también para contribuir a una dieta equilibrada y nutritiva.
Con información de El Mundo
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